viernes, 21 de diciembre de 2007

«Nuestro sistema digestivo también anhela paz por Navidad»

Lourdes Carrillo, Grupo de Nutrición de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC)

Lourdes Carrillo conjuga su actividad asistencial como médico de familia con un destacado currículum en investigación nutricional y promoción de una alimentación saludable.

Su receta para una alimentación sana resulta simple, aunque no siempre fácil de llevar a cabo. Se trata de realizar, como mínimo, entre cuatro y cinco comidas diarias, masticar despacio, beber abundante líquido y practicar diariamente actividad física. Añade que los buenos hábitos alimentarios ayudan a prevenir enfermedades, y que deben evitarse los remedios y dietas no recomendados por profesionales sanitarios.


Durante las fiestas navideñas, los centros de salud viven un cierto ajetreo como consecuencia de una ingesta excesiva.
Son muy frecuentes las consultas relacionadas con excesos en la alimentación y sus consecuencias nefastas sobre la salud. Un cuadro casi tradicional son los problemas agudos relacionados con un consumo excesivo de alcohol en los días clave, el de Navidad y el de fin de año. Pero también abundan los casos de gastritis e hiperacidez o, incluso, lesiones causadas por traumatismos, accidentes o desmayos, que están relacionados con una intoxicación aguda.

¿Qué hacemos mal?
En estas fechas modificamos nuestros hábitos alimentarios habituales. Nos decantamos casi exclusivamente por los alimentos más calóricos y con mayor contenido graso, y recurrimos a formas culinarias más elaboradas y con elementos poco usuales en la cocina diaria. Además, consumimos alimentos en mayor cantidad que durante el resto del año y sin respetar los horarios habituales de comidas o cenas. Sólo la dieta, caracterizada por una excesiva densidad nutricional y una carga calórica tremenda, supone una agresión a nuestro sistema digestivo que, como es lógico, ve truncada la paz que necesita para funcionar y pasa factura en forma de malestar gástrico, aerofagia, hiperacidez, distensión abdominal, dolor, vómitos y diarreas.

¿Qué ocurre con aquellas personas que siguen dietas especiales?
Navidad también propicia un cierto abandono en las dietas terapéuticas asignadas por el médico o dietista. Este abandono es especialmente grave en aquellos con un compromiso metabólico como pueda ser la diabetes. Estas personas pueden presentar descompensaciones agudas importantes, y por su mala digestión acaban muchas veces en los servicios de urgencias. Hay que tener en cuenta que las intoxicaciones afectan en mayor medida a aquellos individuos más frágiles, las personas mayores y los niños. La explicación es que ellos tienen una alimentación más regulada a lo largo del año y son más sensibles al desorden y al caos de estas fiestas.
Tras la tempestad, sin embargo, viene la calma.
No exactamente. Justo después de las fiestas aparecen las secuelas de las transgresiones llevadas a cabo. Aumento de peso, dificultades para conseguir los objetivos terapéuticos en el paciente diabético, aumento de la cifra de lípidos sanguíneos [colesterol, triglicéridos] o complicaciones digestivas del tipo de gastritis y úlceras son algunas de las manifestaciones.

¿Qué le ocurre a nuestro organismo cuando nos empachamos?
El empacho se traduce en una sobrecarga para todo el organismo, empezando por el sistema digestivo, que debe realizar un esfuerzo no habitual para cumplir su función de digerir y absorber los nutrientes. Esto se traduce en un proceso más lento e incluso en el "fracaso" de la digestión. Además, los nutrientes necesarios no llegan al conjunto del organismo de forma adecuada, por lo que se produce un cierto decaimiento, sensación de fatiga y cansancio. El tono vital disminuye hasta que se recuperan de nuevo las funciones digestivas y se garantiza la correcta nutrición de los tejidos.

El nuevo año suele ser punto de partida de buenos propósitos. ¿Los médicos de familia sacan partido a la motivación de muchos durante estos días para mejorar en aspectos de salud?
Si, por supuesto, o al menos lo intentamos. Es cierto que pasadas las fiestas todos ansiamos una vuelta adecuada y saludable a la normalidad, e incluso buscamos mejorar nuestra situación de salud. El propósito es bueno, que no fácil. Abandonarse a los placeres de la mesa es mucho más sencillo, así como ganar kilos siempre es más cómodo que perderlos. Además de motivación, los médicos inculcamos a los pacientes una cierta disciplina, constancia y el asesoramiento de que las medidas tomadas vayan a ser las correctas y las seguras. El médico de familia se sitúa en un lugar óptimo para favorecer, impulsar y ayudar en estos propósitos.

¿Qué consejos pueden servir para que las fiestas navideñas, además de felices, sean lo más sanas posible?

Lourdes Carrillo es partidaria de que nos detengamos a pensar de vez en cuando en lo que el cuerpo realmente pide y quiere, que no siempre es lo que se anuncia o se adopta. «La vida sana y la alimentación saludable no están reñidas con la felicidad», concluye.
Se trata, según ella, de planificar de forma adecuada un equilibrio navideño. ¿Cómo? Intentando no alterar los hábitos alimentarios adecuados a nuestra edad y condición, manteniendo un régimen horario sensato para las principales comidas del día y evitando el picoteo. Además, recomienda moderar las cantidades, sobre todo de los alimentos más calóricos y/o poco habituales en nuestra alimentación; mantener un consumo adecuado de vegetales y piezas de fruta (cinco al día) crudas o cocinadas de forma sencilla; moderar el consumo de dulces típicos de estas fechas y no recurrir a ellos de forma aislada, sino junto a otros alimentos y, por último, recurrir a las bebidas alcohólicas de forma moderada y responsable.

Fuente:
Autor: JORDI MONTANER
Fecha de publicación: 14 de diciembre de 2007

http://www.consumer.es/web/es/alimentacion/salud_y_alimentacion/adulto_y_vejez/2007/12/14/172888.php

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http://www.asesorianutricional.com.ar/nutricion-13.htm
http://www.asesorianutricional.com.ar/nutricion-25.htm

miércoles, 12 de diciembre de 2007

Flexibilidad laboral: el camino a una vida saludable

Un estudio demostró que la libertad de horarios y tareas permite dedicar más tiempo al buen mantenimiento del cuerpo y la mente. La importancia de la relajación y la actividad física.

"Cuanto mayor es la percepción que tienen los trabajadores sobre su flexibilidad más ejercicio físico practican y más duermen", destacó el doctor Jospeh G. Grzywacz, profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad Wake Forest y autor de esta investigación.

"Los resultados obtenidos en este estudio muestran una relación positiva entre la flexibilidad laboral y los hábitos de vida saludables", aseguró el especialista.

Para el sondeo se analizaron las respuestas de 3.193 empleados de una multinacional farmacéutica en los Estados Unidos. La misma ofrece condiciones de trabajo flexibles y horarios autorregulados para todos sus departamentos.

Aquellos concientes de esta independencia demostraron hábitos saludables. Alrededor del 50% de los participantes practica ejercicio tres veces por semana. Menos adeptos que el deporte tienen los cursos de promoción de la salud, ya que sólo lograron reunir al 7,3% de la plantilla. Un 18,8% confesó practicar técnicas de relajación y de reducción del estrés.

Según el diario El Mundo, estas personas duermen en promedio unas 7 horas. La flexibilidad en el trabajo les da la oportunidad de acomodar sus horarios para descansar correctamente y practicar actividad física.

Fuente:http://ar.news.yahoo.com/s/12122007/43/n-health-flexibilidad-laboral-camino-vida-saludable.html

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lunes, 10 de diciembre de 2007

Equilibrio alimentario y dieta vegetariana

Una dieta ovolactovegetariana bien planificada es perfectamente compatible con un buen estado de salud

Entre las tendencias vegetarianas destaca la dieta ovolactovegetariana, que incluye leche y huevos (además de todos los vegetales) y es considerada la más completa de todas las alternativas desde el punto de vista nutricional.

Para poder cubrir las necesidades de energía y nutrientes de las personas que llevan a cabo una dieta de este tipo, es preciso incluir cada día en cantidad suficiente diversidad de alimentos y combinarlos adecuadamente. Bien planificada, una dieta ovolactovegetariana es perfectamente compatible con un buen estado de salud.

Alimentos indispensables

La leche y sus derivados
Son la principal fuente de calcio, fósforo y vitamina D. Estos alimentos contribuyen de manera importante al aporte dietético de proteínas de calidad.
Para aumentar el aporte de dichos nutrientes en la dieta, se puede añadir a diferentes platos leche líquida, entera o desnatada en polvo.
Asimismo, se recomienda también consumir productos a partir de soja fortificados, sésamo fermentado (gomasio o miso) y ciertas complementos de algas ricos en calcio ('Wakame' o 'Klamah').
Las verduras de hoja verde, los frutos secos y las semillas también son fuente de calcio, pero el aprovechamiento del mineral por parte de nuestro organismo es menor que en el caso de los lácteos.
Se recomienda tomar al menos dos raciones de leche o derivados para conseguir un correcto desarrollo y mantenimiento de la masa ósea.

Proteínas de calidad diarias
Este tipo de proteínas asegurarán la correcta síntesis y regeneración de las células, el crecimiento y buen mantenimiento del sistema de defensas.
Se recomienda tomar un huevo y una clara al día (6-7 unidades por semana), mezclado con cualquier plato. No existe ninguna contraindicación cuando no hay problemas de colesterol.
Los alimentos de origen vegetal también aportan proteínas, pero de peor calidad que las de origen animal. Sin embargo, proteínas incompletas bien combinadas pueden dar lugar a otras de valor equiparable a las de la carne, el pescado, el huevo o los lácteos.
Se aconsejan las siguientes combinaciones que favorecen el equilibrio proteico: leche con arroz o trigo, leche con maíz y soja, legumbres con arroz, alubias con maíz o trigo, soja con trigo y sésamo, y soja con cacahuete y sésamo.

Vegatales y fruta
Puesto que los vegetales son la base de la dieta, interesa tomar como mínimo una ración de verdura cruda (ensalada) y tres piezas de fruta al día, incluyendo una pieza rica en vitamina C. Son alimentos básicos por su contenido en vitaminas (C, folatos o provitamina A, entre otras), sales minerales (potasio o magnesio) y fibra.

Hierro
El organismo asimila fácilmente el hierro presente en los alimentos de origen animal (hierro hemo), pero tiene dificultades para absorber la forma química de hierro que contienen los vegetales. De todos modos, la yema de huevo es rica en este mineral. Los alimentos vegetales que contienen los niveles más altos de hierro son las legumbres, los cereales y el grano enriquecido, los higos, las ciruelas, los dátiles y los frutos secos. La asociación de estos alimentos con vitamina C aumenta la absorción de hierro vegetal, por lo que será necesario acompañarlos con productos ricos en esta vitamina.
El aprovechamiento del calcio por parte de nuestro organismo es mayor en los lácteos que en los vegetales

Vitamina B12
La vitamina B12 es otro de los nutrientes potencialmente deficitario en esta dieta si no se respeta la ingesta de huevos y leche. Algunas algas también contienen vitamina B12, pero su contenido es tan variable que sólo se recomiendan como complemento y nunca como sustitutos de ningún alimento. También hay "carnes vegetales" que contienen vitamina B12 y que, opcionalmente, se pueden incluir en la dieta vegetariana.

Cereales
Los cereales no pueden faltar en cada una de las comidas del día. Se recomienda que sean integrales y de cultivo ecológico.
El arroz, la pasta, las galletas y el pan elaborados con verdadera levadura son algunos ejemplos, ya que aportan gran cantidad de nutrientes y poseen menor efecto desmineralizante que los fabricados con levadura industrial.

Alimentos fermentados y germinados
También se pueden incluir en la dieta alimentos fermentados y germinados, ricos en nutrientes y de fácil digestibilidad.

Aceite de calidad
En comidas y cenas debe incluirse aceite de calidad. Se recomienda que éste sea de primera presión en frío (de oliva virgen, girasol, maíz, sésamo, soja o pepita de uva), rico en ácidos grasos esenciales y vitamina E. Asimismo, también se pueden emplear, como condimentos, especias y hierbas aromáticas, sal marina o con extractos vegetales, salsas de soja, vinagre de manzana y zumo de limón.

Azúcar integral y miel
Para endulzar ciertos alimentos y postres, se puede emplear azúcar integral y miel.

Algunos complementos
Se debe tener en cuenta que existen complementos alimenticios muy diversos que pueden mejorar la calidad nutritiva y gastronómica de muchas recetas habituales. Deben emplearse en función de las necesidades de cada persona. Entre otros complementos, destacan las algas, el germen de trigo, la levadura de cerveza, el polen o la jalea real.

Fuente:http://www.consumer.es/web/es/alimentacion/salud_y_alimentacion/alimentacion_alternativa/2007/12/07/35497.php

ARTICULOS RELACIONADOS

Fundamentos teoricos de la dieta vegetariana:
http://www.asesorianutricional.com.ar/calidad-alimentos.htm
http://www.asesorianutricional.com.ar/vegetales-frutas.htm

Recetas:http://www.asesorianutricional.com.ar/recetas.html

jueves, 6 de diciembre de 2007

Propiedades antimicrobianas de la plata

La plata es un antimicrobiano de amplio espectro capaz de destruir bacterias, hongos, virus y protozoos

Neveras, pequeños electrodomésticos, máquinas de hielo, filtros de agua, envases alimentarios y papel para almacenamiento de alimentos, tablas de cortar, cuchillos e incluso una corteza plástica de queso, productos de limpieza, interruptores de luz, teclados de ordenador y móviles, ropa futurista y zapatos, sistemas de aire acondicionado, vidrio y materiales de construcción, tuberías y grifos, apósitos y material hospitalario. Todos estos productos tienen en común la utilización de los iones de plata como sistema de tratamiento antimicrobiano.

Aunque pueda parecer un descubrimiento tecnológico de lo más innovador, lo cierto es que la plata se ha venido usando con fines protectores contra las infecciones desde hace miles de años.
Las civilizaciones más antiguas como los egipcios o los fenicios ya construían las cisternas de almacenamiento de agua con plata para reducir las enfermedades causadas por el consumo de aguas contaminadas o para mantenerla en buenas condiciones durante sus largas travesías en barco. Los emperadores chinos utilizaban cubiertos de plata, igual que más tarde lo hicieron las familias acomodadas europeas, como medida preventiva de las plagas. En el año 1000 el Vaticano decretó el uso de cálices de plata para la comunión con el propósito de reducir las frecuentes «indisposiciones» entre sus sacerdotes y feligreses.

Las referencias a la plata como protectora contra las infecciones son continuas a lo largo de la historia, aunque no fue hasta 1893 cuando Karl Wilhelm von Nageli, botánico suizo, hizo pública la primera investigación demostrando las características antimicrobianas de la plata. Es el caso de la introducción de monedas de plata en los tanques de agua o leche para evitar su deterioro, así como su temprana utilización en la medicina: limaduras de plata para curar heridas, ungüentos antibióticos y para quemaduras, gotitas en los ojos de los recién nacidos, amalgama dental, incluso la NASA utilizó iones de plata para proteger el agua durante los viajes espaciales.
Iones de plata

La actividad de los iones de plata es continuo y duradero y su efecto es limpio e inocuo para otros seres vivos

Los antimicrobianos son sustancias naturales o sintéticas, orgánicas o inorgánicas, que inhiben el crecimiento de los microorganismos (bacterias y hongos y levaduras, virus, protozoos). Su eficacia depende de parámetros como su concentración, tipo de microorganismo y de sustrato además de temperatura, pH, humedad y niveles de oxígeno. Para ser eficaces, los iones de plata deben interaccionar con el microorganismo y penetrar en él. La plata se introduce en el interior de la célula a través de unos transportadores de metales presentes en su membrana compitiendo con ellos por los lugares de captación.

Los iones de plata actúan interfiriendo en la permeabilidad gaseosa de la membrana (respiración celular) y una vez en el interior de la célula, alteran su sistema enzimático, inhibiendo su metabolismo y producción de energía y modificando su material genético. El resultado es que el microorganismo pierde rápidamente toda capacidad de crecer y reproducirse. De esta manera se evita el desarrollo de microorganismos patógenos como 'Salmonella', 'Legionella', 'Escherichia coli' y 'Staphylococcus aureus', entre otros.

Una de las virtudes de la plata es que constituye un antimicrobiano de amplio espectro. La plata iónica destruye las bacterias, hongos, virus y protozoos, aunque es menos activa frente a microorganismos más resistentes, como las esporas. Además, los estudios revelan que es muy poco probable que los microorganismos desarrollen algún tipo de resistencia al tratamiento. Son ecológicos, permanentes y no contaminantes. Los iones de plata quedan atrapados en un sustrato matriz o film protector desde donde actúan. A diferencia de otros productos desinfectantes químicos, su actividad es continua y duradera, no eliminándose a través de la limpieza del producto tratado. Además, su efecto es limpio e inocuo para otros seres vivos. No tienen efectos tóxicos en las células humanas 'in vivo'.

Aplicación
En las aplicaciones y productos más propensos al desarrollo microbiano, la incorporación de agentes antimicrobianos como los iones de plata en el material matriz del producto o en el recubrimiento del mismo para inhibir la proliferación de microbios supone una eficaz medida de precaución complementaria a la limpieza periódica con desinfectantes químicos.

En el ámbito alimentario, el tratamiento por iones de plata se está aplicando actualmente a neveras domésticas, máquinas de hielo, papeles y envases alimentarios, tablas y cuchillos, superficies, cintas transportadoras y maquinaria de la industria agroalimentaria, jabones líquidos para el lavado de manos a base de óxido de plata, productos de limpieza profesional junto con el agua oxigenada. Todas estas aplicaciones están relacionadas con los alimentos, e impiden que los microorganismos crezcan y se desarrollen, por lo que son un factor más para tener en cuenta en el cada día más exigente campo de la seguridad alimentaria.

EN LAS NEVERAS
Las paredes interiores y la puerta del frigorífico llevan un tratamiento especial o recubrimiento con iones de plata que evitan la proliferación de microbios y que formen colonias en los rincones interiores de difícil acceso. Esta película o tratamiento no se elimina por la limpieza. Impide el crecimiento de bacterias y microorganismos así como el desarrollo de olores desagradables dentro del frigorífico, por lo que los alimentos se mantienen frescos y saludables durante más tiempo.
Este sistema permite, además de un mayor periodo de conservación de los alimentos en la nevera, una superior higiene dentro de un entorno a menudo difícil de limpiar (necesidad de vaciado de alimentos, desconexión del aparato y descongelación, entre otros), lo que supone una mejora frente a los frigoríficos tradicionales. En estos casos, los microorganismos que más se desarrollan en alimentos refrigerados son 'Aeromonas hydrophila', 'Listeria monocytogenes' y 'Yersinia enterocolitica'. Cualquiera de estos microorganismos crece difícilmente por debajo de los 4ºC, por lo que las condiciones de refrigeración deben extremarse.


Autor: MAITE PELAYO
Fecha de publicación: 4 de diciembre

Fuente: http://www.consumaseguridad.com/investigacion/2007/12/04/172396.php

NOTA RELACIONADA
http://www.asesorianutricional.com.ar/prevencion.htm#30

sábado, 1 de diciembre de 2007

La obesidad, en el diván

Por Hugo Litvinoff Para LA NACION
Sábado 1 de diciembre de 2007 Publicado en la Edición impresa
Noticias de Ciencia/Salud
Con la llegada de los días cálidos, la preocupación por el aspecto físico cobra renovada energía y se convierte en un tema recurrente en los consultorios psicoanalíticos.

Todo el mundo asocia, con razón, la obesidad con importantes riesgos para la salud, pero en lo inmediato lo que verdaderamente angustia es que los kilos de más restan lozanía y belleza al aspecto general y cuando son excesivos despiertan sensaciones de abandono y desprolijidad.

Es lógico entonces el afán de iniciar una dieta; todos deseamos ser aceptados y valorados, tanto por los demás como por nosotros mismos y bien sabemos que el aspecto corporal tiene mucho que ver con ello.

Es que el cuerpo habla; es lo primero que impacta ante la mirada del otro y expresa parte de lo que el individuo es; muestra sus pasiones; refleja su erotismo; es en cierto modo un espejo de su subjetividad. Sin embargo, es sabido que la mayoría de los intentos por disminuir el exceso de grasa que rodea los tejidos terminan en rotundos fracasos o en el mejor de los casos se obtiene algún resultado inmediato que no tarda en diluirse ante la renovada tentación de comer.

Lo que no siempre se tiene en cuenta es que si bien desde el punto de vista fisiológico existen métodos mejores y peores para adelgazar, la mayoría de las dietas fracasan porque el individuo sencillamente no las cumple, y no las cumple porque no las puede cumplir.

El gordo es gordo porque posee una relación pasional con la comida, un vínculo que no se deja limitar por ningún método y mucho menos por un período prolongado de tiempo. Es por eso por lo que a pesar del intenso deseo de adelgazar, le resulta imposible resistirse a la tentación de comer, porque llevarse el alimento a la boca es mucho más que el simple hecho de alimentarse.

Comer es sentirse acompañado y querido; es experimentar una sensación placentera en el tracto digestivo que posee connotaciones sexuales y cuya privación genera sensaciones de frustración, rabia e impotencia.

Si está angustiado, la comida torna la vida más tolerable; si, en cambio, se siente feliz, ¡qué mejor que festejarlo con un buen banquete!

Como sea, la decisión de comer comida magra y en menor cantidad le genera una verdadera sensación de privación y una vivencia interna de vacío y desolación muy difíciles de tolerar.

Durante la primera infancia, el estar bien alimentado era equivalente a ser amado y cuidado, el hambre, en cambio, era sinónimo de abandono.

La boca es el órgano del primer vínculo placentero y amoroso con la madre y la apasionada succión del pecho permitió disolver ansiedades, controlar miedos y dormirse seguro y feliz. Con el tiempo, otras partes del cuerpo y otras estrategias permiten una manera diferente de conectarse e incorporar el mundo, de elaborar y realizar las fantasías y los afectos, aunque siempre queda un recuerdo de las primeras vivencias, que nos lleva, por ejemplo, a besar a quien amamos o a denominar "traga" al que estudia mucho.

El obeso, aunque haya evolucionado en otros aspectos, conserva en su estructura psíquica el privilegio de la boca y la incorporación oral; una parte importante de su sexualidad, de sus ambiciones y de su búsqueda de bienestar dependen de la comida y por eso experimentan las dietas como una alternativa cruel, imposible de soportar.

Adelgazar, entonces, no depende en la mayoría de los casos de la simple voluntad de comer menos. Es necesario que el individuo tome consciencia del significado inconsciente que la comida tiene para él y que se de cuenta que para que su cuerpo cambie por fuera, muchas cosas tienen que cambiar y evolucionar dentro de él, no sólo para poder lucir un aspecto más sano y atractivo sino también para encontrar nuevas formas de placer y de conexión con los demás.

El autor es psicoanalista titular en función didáctica de la Asociación Psicoanalítica Argentina

ARTICULOS RELACIONADOS
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lunes, 26 de noviembre de 2007

Es alta la exposición al humo del tabaco

Un estudio nacional advierte sobre los riesgos de ambientes que no están 100% libres de partículas
Lunes 26 de noviembre de 2007 Publicado en la Edición impresa
Noticias de Ciencia/Salud La Nación


MENDOZA.- El tiempo que tarda disfrutar de un "cortado" al paso en un bar donde se permite fumar es suficiente para que los latidos del corazón se aceleren, la presión aumente unos milímetros de mercurio o hasta se dispare una crisis asmática, aun cuando las partículas tóxicas del humo del tabaco no parezcan estar ahí. Y este nivel de contaminación ambiental existe, sobe todo, en los lugares que frecuentan los más jóvenes. Aun en las provincias con normas que prohíben fumar en espacios cerrados, esa exposición al humo de tabaco sigue siendo altísima en los lugares de diversión nocturna, según los datos preliminares para la Argentina del Estudio Mundial de Contaminación Ambiental de Tabaco que acaban de presentarse aquí.

"Es como trabajar dentro de una cámara de gas que deteriora la calidad de vida al aumentar el riesgo cardíaco y reducir la capacidad pulmonar", señaló la doctora Verónica Schoj, que dirige el estudio local. De las 313 mediciones realizadas en bares, restaurantes, discotecas, universidades, bailantas y salas de juego en nueve ciudades del país y dos partidos bonaerenses, la contaminación por humo de cigarrillo, cigarro y pipa en la mayoría de los lugares a los que concurren jóvenes y adolescentes es similar a fumar entre uno y diez cigarrillos diarios, pero en pocas horas. "Ya a los 30 minutos de estar en un lugar, aunque tenga separación para fumadores y no fumadores, comienzan el lagrimeo, la sequedad de garganta, hiperactividad de las vías aéreas en las personas asmáticas e irritación nasal", explicó la doctora María Elisabet Pizarro, coordinadora del grupo de investigadores.

Es que aunque el ambiente parezca limpio, las partículas tóxicas que contiene el humo se acumulan, se dispersan y permanecen en el ambiente hasta 15 días. De ahí la importancia de que en los lugares cerrados no se fume, incluidos el hogar y el automóvil.
En el estudio, que se está realizando en 24 países, se utiliza un dispositivo que mide en tiempo real en el ambiente la cantidad de partículas de tabaco respirables de menos de 2,5 micrones de tamaño, que son las que llegan hasta el fondo del árbol respiratorio.
"Quizás en estos ámbitos el tabaco esté todavía muy aceptado, aunque tampoco es casual que esto ocurra en los lugares a los que concurren los jóvenes. Las mediciones dieron resultados por encima de los límites considerados peligrosísimos; por ejemplo, en la universidad, los boliches bailables y los pubs.

Comparados con la contaminación en la calle, ésta no excede las 15 a 20 partículas por metro cúbico (un nivel considerado entre bueno y moderado para la salud) contra mucho más de 251 partículas en esos ambientes", comentó Schoj, epidemióloga del Grupo Antitabaco del Hospital Italiano y consultora de la Fundación Interamericana del Corazón.

En cambio, está demostrado que cuando esos ambientes son 100% libres de humo de tabaco disminuye un 30% la cantidad de jóvenes que comienzan a fumar. Además, explicó Schoj tras presentar los resultados en el II Congreso Argentino Tabaco o Salud, los mozos que respiran esas partículas tóxicas todas las noches tienen un 25% más de riesgo de morir por cáncer de pulmón y un 30% más de posibilidades de tener un infarto. "En nuestro país, fuma el 2% de los niños de 7 años y el 5% de los chicos de 8 a 9 años. El consumo de tabaco es un riesgo social", aseguró el doctor César Di Giano, presidente de la Unión Antitabáquica Argentina. La droga más adictiva Esta adicción se inicia entre los 8 y los 15 años, en promedio. "Es la droga de mayor consumo a lo largo de la vida, incluso comparada con el alcohol", agregó Di Giano. Se estima que reduce entre 10 y 12 años la expectativa de vida. Según el doctor Raúl Alonso, de la Unidad Coronaria del Hospital de la Universidad Abierta Interamericana, a los cuatro minutos de encender un cigarrillo el corazón produce 10 latidos más, la presión aumenta entre 2 y 3 milímetros de mercurio, las arterias se contraen y la sangre se coagula con más facilidad. "Recién a los 5 años de haber abandonado el tabaco éste deja de afectar la salud cardíaca", explicó. En la Argentina, cada año mueren 6000 no fumadores por enfermedades relacionadas con la exposición al humo del tabaco que fuman otros. Y también 40.000 fumadores, de los que casi la mitad, 15.000, son bonaerenses. "La gran rezagada en el control del tabaco es la provincia de Buenos Aires -señaló Schoj, según los resultados del estudio mundial del Instituto de Oncología Roswell Park, en Nueva York-. Es el único conglomerado grande del país que no avanza." Es que las mediciones en Bahía Blanca demuestran que la ordenanza sobre ambientes 100% libres de humo se cumple en un 94%, mientras que la misma medida en Tandil está en riesgo y en otros centros urbanos bonaerenses en más del 90% de los lugares cerrados hay personas fumando y la concentración de partículas supera el límite más peligroso, que es de 251 partículas por metro cúbico, y llega hasta las 4000 partículas de menos de 2,5 micrones. "En el país se está avanzando porque un 30% ya vive en ambientes 100% libres de humo -señaló Schoj-. Pero también hay experiencias negativas, como el veto a la ordenanza de Tandil. El intendente es médico y pediatra; no nos queda claro cómo se puede querer vetar una ley que salva vidas."

Por Fabiola Czubaj
Enviada especial

Estado de situación
El Convenio Marco de Control del Tabaco (CMCT) es un acuerdo mundial para regular el consumo de tabaco mediante la reglamentación de la publicidad, la diversificación de los cultivos en los países productores de tabaco -la Argentina es uno de los cinco principales del mundo- a través de la cooperación científica y el establecimiento de ambientes 100% libres de humo. "Es el primer tratado internacional de salud pública que protege a fumadores y a no fumadores", afirmó César Di Giano, de la UATA. La Argentina es el único Estado del Mercosur que aún no lo ratificó. En el país, 8 de cada 10 aceptan que no se fume en el lugar de trabajo o en espacios cerrados.

ARTICULO RELACIONADO
http://www.asesorianutricional.com.ar/articulos-51.htm

martes, 13 de noviembre de 2007

Identifican nuevas propiedades del aceite de pescado

Reduce el riesgo cardíaco y alivia síntomas

BOSTON (De un enviado especial).- Incluir en la dieta pescados de aguas profundas, como el atún o el salmón, ayudaría a las personas con lupus sistémico eritematoso a aliviar síntomas como el dolor o las alteraciones de la piel características, pero también podría reducir el riesgo cardiovascular asociado a esta enfermedad autoinmune.

Eso es lo que sugiere un estudio presentado en esta ciudad, donde mas de 14.000 profesionales de la salud participan del LXXI Encuentro Científico Anual del Colegio Estadounidense de Reumatología.

"Este es el primer estudio que muestra un beneficio del aceite de pescado sobre los vasos sanguíneos de las personas con lupus y provee evidencia sobre su potencial efecto cardioprotector -dijo a LA NACION el doctor Stephen Wright, experto en reumatología de la Universidad de la Reina, de Belfast, Irlanda, y principal autor del estudio-. Esta investigación confirma además el alivio de los síntomas del lupus que provoca el ácido graso omega 3 del pescado."

El lupus es una enfermedad inflamatoria crónica en la que las defensas del organismo se vuelven contra las articulaciones, la piel, el sistema nervioso, los pulmones y los riñones. Quienes la padecen son más propensos a desarrollar afecciones cardiovasculares a temprana edad.

El equipo dirigido por Wright dividió al azar a un grupo de 60 pacientes con lupus en dos: uno recibió dosis diarias de suplementos con aceite de pescado y ácidos grasos omega 3, mientras que el otro recibió un placebo. Al cabo de 24 semanas, los investigadores observaron que había mejorado la función vascular de los vasos sanguíneos de los participantes que habían recibido omega 3, como también una reducción del daño celular que causan los radicales libres. Al mismo tiempo, este grupo de pacientes informó un alivio de los síntomas del lupus. "

Aunque cualquier recomendación debe estar ajustada a cada paciente en particular, uno podría decir en general que si una persona con lupus tiene riesgo de enfermedad cardíaca, podría considerar probar suplementos con bajas dosis de aceite de pescado -sugirió Wright-. La dosis de aceite de pescado que utilizamos en el estudio es equivalente a comer entre 3 y 5 porciones de pescado semanales, lo que no es muy común en muchas partes del mundo."

Sebastián A. Ríos
Fuente La Nacion suplemento Ciencia Salud 11 de noviembre 2007

Articulos relacionados
http://www.asesorianutricional.com.ar/acidos-grasos.htm
http://www.asesorianutricional.com.ar/articulos-42.htm

domingo, 11 de noviembre de 2007

Cómo es vivir con un dolor agobiante que no desaparece

Puede aparecer por una lesión, una enfermedad o la alteración del sistema nervioso

NUEVA YORK.- El dolor, en particular el que no cesa, cambia a una persona. Y muy rara vez para bien. La reacción inicial al dolor serio suele ser el miedo: ¿qué es lo que tengo? ¿Es curable? Pero el dolor que no logra responder al tratamiento da paso a la ansiedad, la depresión, la ira y la irritabilidad.
A los 29 años de edad, Walter, programador de computadoras en Silicon Valley, California, desarrolló una lesión por tensión repetitiva que le ocasionaba mucho dolor en las manos cuando usaba el teclado. La lesión no desapareció con el descanso y el dolor empeoró; se extendió a sus hombros, el cuello y la espalda.
Incapaz de trabajar, levantar, cargar o apretar cualquier cosa sin soportar días de ese dolor paralizante, Walter ya no podía conducir, abrir un frasco o siquiera firmar. "A los 29, ya estaba en la lista de discapacitados del Seguro Social, recluido en casa, mientras mi vida, al parecer, había terminado", recuerda Walter en el libro Vivir con dolor crónico (Hatherleigh Press, 2004), escrito por la doctora Jennifer Schneider. Hoy, con depresión grave, se pregunta si vale la pena vivir así.
Pero, aun a pesar de su limitada movilidad y de las líneas fruncidas en su rostro por el dolor, ver a Walter es ver a un hombre joven y saludable. Es difícil notar que él o cualquier otra persona agobiada por el dolor crónico sufren tanto como dicen.
El dolor es un síntoma invisible y subjetivo. El cuerpo de una persona que padece dolor crónico -alguien con fibromialgia, por ejemplo, o dolor de espalda- suele estar intacto. No existen pruebas objetivas para detectar este dolor o medir su intensidad. Sencillamente, hay que creer en la palabra de la persona.
Casi el 10% de la población padece dolor moderado a grave y crónico, en tanto la incidencia va en aumento a medida que envejecemos. Es muy poco frecuente el alivio por completo de este tipo de dolor, incluso con el mejor tratamiento. Médicos y pacientes por igual, a menudo se muestran reacios a usar fármacos como los opiáceos, que pueden aliviar tanto el dolor agudo como el crónico y evitar la aparición del síndrome de dolor crónico.
Por qué no cesa el dolor
Los problemas relacionados con el dolor crónico son que nunca termina realmente y que no siempre responde al tratamiento. Si su origen fue una lesión o enfermedad, puede persistir más allá de la curación de la herida o la enfermedad, debido a ciertos cambios permanentes en el cuerpo.
El psicólogo australiano Mark Grant, especialista en el manejo de dolor crónico, dice que la idea de que una "lesión física equivale a dolor" es simplista. "Ahora sabemos que el dolor aparece y se mantiene por una combinación de factores físicos, psicológicos y neurológicos", escribe Grant en su sitio http://www.overcomingpain.com/ . Con el dolor crónico, a menudo es imposible precisar una causa física permanente.
"El dolor crónico puede ser ocasionado por tensión muscular, cambios en la circulación, desequilibrios en la postura, perturbaciones psicológicas y cambios neurológicos -agrega-. Asimismo, se sabe que el dolor que no cesa está asociado con una mayor tasa metabólica, excitación espontánea del sistema nervioso central, cambios en la circulación de la sangre al cerebro, así como cambios en el sistema límbico-hipotálamico", la región del cerebro que regula las emociones.
Schneider, especialista en manejo de dolor en Tucson, Arizona, destaca en su libro que el sistema nervioso es responsable de dos tipo importantes de dolor crónico. Uno, conocido como dolor nociceptivo, "surge por lesiones musculares, de tendones y ligamentos o en los órganos internos", explica. Las células nerviosas que no están dañadas y responden a una herida o lesión fuera de sí mismas transmiten señales de dolor a la columna vertebral y después al cerebro. El dolor resultante suele describirse como profundo y punzante. Los ejemplos más frecuentes son el dolor de la espalda baja, la osteoartritis, la artritis reumatoide, la fibromialgia, las cefaleas, la cistitis intersticial y el dolor continuo de la pelvis.
El segundo tipo, conocido como dolor neuropático, "aparece por la función nerviosa anormal o una lesión nerviosa directa". Sus causas incluyen el herpes zóster, la neuropatía diabética, la distrofia simpático-refleja, el dolor fantasma en las extremidades, la radiculopatía, la estenosis espinal, la esclerosis múltiple, el Parkinson, la embolia y la lesión de la columna vertebral. Las fibras nerviosas que están dañadas "pueden disparar el dolor de manera espontánea, tanto en el sitio de la lesión como en otras partes del nervio [y] pueden continuar indefinidamente, incluso después de que la fuente de la lesión haya dejado de enviar mensajes de dolor", según Schneider. El dolor neuropático, agrega la especialista, puede ser constante o intermitente, punzante, quemante, dispararse súbitamente o como una puñalada y hasta irradiarse por brazos o piernas. Este tipo de dolor tiende a "incluir respuestas exageradas a estímulos dolorosos e irradiación del dolor hacia áreas que antes no dolían, además de sensaciones de dolor ante estímulos que no suelen provocar molestia, como un roce delicado". A menudo, se agrava a la noche y puede causar cosquilleo, comezón intensa y sensación de pinchazos.
Más allá de lo físico
Las consecuencias del dolor crónico se extienden más allá de la incomodidad que provoca la sensación de dolor en sí. Schneider señala, entre los efectos físicos, la imposibilidad de lograr una curación o recuperación completa de una lesión o enfermedad; la debilidad y el desgaste muscular; la reducción de la movilidad; los problemas para respirar y la necesidad de contener la tos para evitar el dolor.
Todo esto eleva el riesgo de sufrir neumonía, retención de sodio y líquido en los riñones, aumento del ritmo cardíaco y la presión, debilitamiento del sistema inmune, lentitud de la motilidad intestinal, insomnio, pérdida del apetito y de peso, y fatiga.
Las consecuencias psicológicas y sociales de este dolor pueden ser enormes, desde despojar a una persona de la capacidad de disfrutar de la vida hasta trabajar. Sólo la mitad de los pacientes que padece dolor crónico puede volver a trabajar. Para los especialistas en dolor, "nadie en su sano juicio cambiaría una vida plena por la miseria del dolor crónico".
Por Jane Brody De The New York Times
Fuente original. suplemento La Nacion. 11 de noviembre de 2007
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jueves, 25 de octubre de 2007

Hallan el lugar del cerebro donde nace el optimismo

Determinan cuáles son los circuitos neuronales involucrados
Miércoles 24 de octubre de 2007 Publicado en la Edición impresa La Nacion
El descubrimiento se publica en Nature


La tendencia tan humana de mirar hacia el futuro con optimismo descansa en lo profundo del cerebro, afirman investigadores de la Universidad de Nueva York, Estados Unidos, que identificaron una red de circuitos cerebrales que se activa cuando nos imaginamos viviendo una vida larga, sana y plena de logros. "Comprender el optimismo es crítico, ya que se lo relaciona con la salud física y mental. Por otro lado, una visión pesimista está correlacionada con la gravedad de los síntomas de la depresión", declaró la profesora Elizabeth Phelps, directora del laboratorio de la Universidad de Nueva York donde se realizaron los experimentos cuyos resultados publica hoy Nature . El equipo de Phelps sometió a un grupo de voluntarios a estudios de resonancia magnética funcional para examinar sus cerebros mientras se les pedía que se imaginaran a sí mismos en futuros eventos como "ganar un premio" o "terminar con una relación amorosa". "Cuando los participantes imaginaban circunstancias positivas, se detectaba una mejora de la activación en el cíngulo anterior y en la amígdala, que son las mismas áreas cerebrales que parecen funcionar mal en la depresión", dijo el doctor Tali Sharot, principal autor del trabajo, que actualmente realiza un posdoctorado en el University College London, en Gran Bretaña. "Los participantes más optimistas mostraban una mayor actividad en esta región al imaginar eventos futuros positivos", agregó el doctor Sharot. "Nuestros resultados sugieren que mientras el pasado está cerrado, el futuro está abierto a interpretación, lo que permite a las personas tomar distancia de posibles eventos negativos y acercarse hacia aquellos que son positivos", declaró Phelps por su parte. Implicancias terapéuticas "Si bien muchos aspectos de las emociones suceden de forma espontánea, en los útlimos años se ha descubierto que las reacciones emocionales interactúan con otros procesos cognitivos más organizados y planificados (nuestros pensamientos, nuestras intenciones, nuestros planes, etcétera), de modo tal que estos últimos pueden modificar el curso de la respuesta emocional -comenta el doctor Fernando Torrente, jefe de Psicoterapia Cognitiva del Instituto de Neurología Cognitiva (Ineco)-. Por supuesto la interacción es de doble vía, y nuestra emociones a su vez guían y condicionan nuestras decisiones y acciones." Estudios previos habían hallado que el cíngulo anterior se encontraba involucrado en la regulación de las respuestas emocionales. Este nuevo trabajo sugiere que en los individuos sanos esta región cerebral ayudaría a integrar y regular la información emocional y autobiográfica, permitiendo generar una visión positiva del futuro. "Desde el punto de vista terapéutico, este trabajo tiene implicancias muy interesantes, pues refuerza la idea de que el modo en que pensamos e interpretamos nuestra realidad se conecta directamente con nuestras vivencias emocionales, y modificando la forma en que pensamos podemos mejorar nuestra experiencia emocional -dice Torrente-. Esto definitivamente apoya la concepción subyacente en los diferentes tratamientos psicoterapéuticos, y en especial los tratamientos basados en la teoría cognitiva. En efecto, según este enfoque, la clave para mejorar diferentes alteraciones emocionales es modificar los pensamientos negativos disfuncionales que las sostienen. O sea que la psicoterapia puede modificar la forma en que funciona nuestro cerebro."

El descubrimiento se publicó en
Nature

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lunes, 22 de octubre de 2007

Casi el 30% tiene síndrome metabólico

Uno de cada tres argentinos que trabajan padece este cuadro que aumenta el riesgo de diabetes e infarto
Lunes 22 de octubre de 2007 Publicado en La Nacion suplemento Ciencia/Salud


Casi uno de cada tres argentinos en edad productiva (el 34,1% de los varones y el 26,6% de las mujeres de 40 a 65 años que trabajan) tiene síndrome metabólico: un peligroso cóctel que combina obesidad central, hipertensión arterial, niveles altos de triglicéridos y bajos de colesterol "bueno" y resistencia a la insulina, y que según innumerables estudios publicados en los últimos años es un poderoso predictor de diabetes y problemas cardiovasculares.

Las malas noticias surgen de una investigación realizada en todo el país sobre una muestra de 2806 sujetos (1603 varones y 1203 mujeres) por 35 centros de la Asociación de Laboratorios de Alta Complejidad (ALAC), supervisada por el Cemic.

"Esta investigación consistió en un estudio observacional transversal multicéntrico -afirma el doctor Raúl Coniglio, coordinador del estudio e investigador asociado de la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la Universidad de Buenos Aires- y fue posible gracias a la participación de una red con altos niveles de calidad en los análisis clínicos. Se reclutó a personas pertenecientes a empresas de acuerdo con una grilla que representaba la pirámide poblacional de cada provincia. Cada laboratorio participante contaba con un médico que se ocupaba de hacer las mediciones de cintura y presión."

Se calcula que el síndrome metabólico aumenta cinco veces el riesgo de diabetes tipo 2 y puede duplicar o triplicar el riesgo de enfermedades cardiovasculares.

"De todos los datos analizados en el estudio -explica Coniglio- los factores que aumentaron el riesgo de síndrome metabólico fueron la edad, el género masculino, carecer de educación secundaria, ser sedentario, tener historia familiar de diabetes y estar en la menopausia."

El trabajo mostró, por ejemplo, que los varones tienen aproximadamente el doble de riesgo de padecer síndrome metabólico que las mujeres. En ellas, la prevalencia de este cuadro aumenta con la edad. Entre los 40 y los 49 años, lo presenta el 22,6%; entre los 50 y 59, el 27,2%, y entre los 60 y 65 años, el 34,1%. La menopausia también afecta desfavorablemente a las mujeres: aumenta el riesgo un 41%.
Sin embargo, si bien en el hombre se registra un aumento de la incidencia en la década de los 50 (37,3%), respecto de la de los 40 (32,4%), entre los 60 y 65 años disminuye (en ese grupo de edad lo padece el 31% de los varones investigados).

Educación y salud

Pero tal vez uno de los datos más preocupantes que surgieron de esta investigación sea el que relaciona el síndrome metabólico con un bajo nivel de educación; en especial, en las mujeres.

"En un 40% de los casos, el síndrome metabólico tiene un origen genético, pero en un 60% se debe a hábitos de vida inadecuados -explica Coniglio-. Se viene observando que las personas de menores recursos tienen una mayor disposición a padecerlo, y una forma de evaluarlo es a partir de la educación formal. Por otra parte, es una variable fácil de determinar y a la que el sujeto responde con sinceridad durante la encuesta."

El estudio de ALAC mostró que el bajo nivel educativo afecta más a las mujeres que a los varones cuando del riesgo de síndrome metabólico se trata. Al comparar la presencia del cuadro en mujeres que contaban con estudios de menor nivel que el secundario y en las que tenían estudios secundarios o más, la balanza se inclinó decididamente hacia las primeras: en aquel grupo, lo padecía el 35,8%, versus el 20,9% del grupo con nivel de educación secundario o mayor.

"Estos resultados sugieren que es indispensable mejorar el nivel de educación de la población para contribuir a generar cambios favorables en el estilo de vida si se persigue la prevención de las enfermedades cardiovasculares y la diabetes tipo 2", advierte Coniglio.

En los varones, el síndrome estuvo presente en el 38,5% de los que tenían educación inferior a la secundaria versus el 30,9% de los que contaban con alto nivel secundario o mayor. En sujetos con bajo nivel de educación no se observaron diferencias significativas en la prevalencia de síndrome metabólico entre mujeres y varones.

Otros factores de riesgo

En cuanto a la importancia relativa de otros factores de riesgo, en este estudio los sujetos sedentarios exhibieron un 29% más de riesgo de síndrome metabólico que los físicamente activos.
Las personas con historia familiar de diabetes tenían un riesgo 67% mayor que aquellas sin historia familiar presente.
Se considera que una persona padece síndrome metabólico si tiene circunferencia abdominal de más de 94 cm en los hombres y más de 80 cm en las mujeres, más dos de los siguientes factores de riesgo: glucemia de más de 100mmg/dl, más de 150 mg/dl de triglicéridos en sangre, colesterol HDL inferior a 50 mg/dl en mujeres y 40 mg/dl en hombres; presión arterial mayor o igual a 130/85 mm, tanto para mujeres como para hombres.

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lunes, 8 de octubre de 2007

"El fármaco que cura del todo no es rentable"

Entrevista al Premio Nobel de medicina Richard J. Roberts

Por: Luís Amiguet/La Vanguardia
Fecha de publicación: 31/07/07
Fecha de publicación: 31/07/07
Fuente: http://www.aporrea.org/tecno/n98786.html

Tengo 63 años: lo peor de hacerte mayor es que das por seguras demasiadas verdades: es cuando necesitas nuevas preguntas.Nací en Derby: mi padre mecánico me regaló un juego de química... Y aún me divierte jugar. Casado, cuatro hijos; uno, tetrapléjico por un accidente, me anima a seguir investigando. Participo en el Campus Excelencia

¿La investigación se puede planificar?

- Si yo fuera ministro de Ciencia, buscaría a gente entusiasta con proyectos interesantes; les daría el dinero justo para que no pudieran hacer nada más que investigar y les dejaría trabajar diez años para sorprendernos.

- Parece una buena política.

- Se suele creer que, para llegar muy lejos, tienes que apoyar la investigación básica; pero si quieres resultados más inmediatos y rentables, debes apostar por la aplicada...

- ¿Y no es así?

- A menudo, los descubrimientos más rentables se han hecho a partir de preguntas muy básicas. Así nació la gigantesca y billonaria industria biotech estadounidense para la que trabajo.

- ¿Cómo nació?

- La biotecnología surgió cuando gente apasionada se empezó a preguntar si podría clonar genes y empezó a estudiarlos y a intentar purificarlos.

- Toda una aventura.

- Sí, pero nadie esperaba hacerse rico con esas preguntas. Era difícil obtener fondos para investigar las respuestas hasta que Nixon lanzó la guerra contra el cáncer en 1971.

- ¿Fue científicamente productiva?

- Permitió, con una enorme cantidad de fondos públicos, mucha investigación, como la mía, que no servía directamente contra el cáncer, pero fue útil para entender los mecanismos que permiten la vida.

- ¿Qué descubrió usted?

- Phillip Allen Sharp y yo fuimos premiados por el descubrimiento de los intrones en el ADN eucariótico y el mecanismo de gen splicing (empalme de genes).

- ¿Para qué sirvió?

- Ese descubrimiento permitió entender cómo funciona el ADN y, sin embargo, sólo tiene una relación indirecta con el cáncer.

- ¿Qué modelo de investigación le parece más eficaz, el estadounidense o el europeo?

- Es obvio que el estadounidense, en el que toma parte activa el capital privado, es mucho más eficiente. Tómese por ejemplo el espectacular avance de la industria informática, donde es el dinero privado el que financia la investigación básica y aplicada, pero respecto a la industria de la salud... Tengo mis reservas.

- Le escucho.

- La investigación en la salud humana no puede depender tan sólo de su rentabilidad económica. Lo que es bueno para los dividendos de las empresas no siempre es bueno para las personas.

- Explíquese.

- La industria farmacéutica quiere servir a los mercados de capital...

- Como cualquier otra industria.

- Es que no es cualquier otra industria: estamos hablando de nuestra salud y nuestras vidas y las de nuestros hijos y millones de seres humanos.

- Pero si son rentables, investigarán mejor.

- Si sólo piensas en los beneficios, dejas de preocuparte por servir a los seres humanos.

- Por ejemplo...

- He comprobado como en algunos casos los investigadores dependientes de fondos privados hubieran descubierto medicinas muy eficaces que hubieran acabado por completo con una enfermedad...

- ¿Y por qué dejan de investigar?

- Porque las farmacéuticas a menudo no están tan interesadas en curarle a usted como en sacarle dinero, así que esa investigación, de repente, es desviada hacia el descubrimiento de medicinas que no curan del todo, sino que cronifican la enfermedad y le hacen experimentar una mejoría que desaparece cuando deja de tomar el medicamento.

- Es una grave acusación.

- Pues es habitual que las farmacéuticas estén interesadas en líneas de investigación no para curar sino sólo para cronificar dolencias con medicamentos cronificadores mucho más rentables que los que curan del todo y de una vez para siempre. Y no tiene más que seguir el análisis financiero de la industria farmacológica y comprobará lo que digo.

- Hay dividendos que matan.

- Por eso le decía que la salud no puede ser un mercado más ni puede entenderse tan sólo como un medio para ganar dinero. Y por eso creo que el modelo europeo mixto de capital público y privado es menos fácil que propicie ese tipo de abusos.

- ¿Un ejemplo de esos abusos?

- Se han dejado de investigar antibióticos porque son demasiado efectivos y curaban del todo. Como no se han desarrollado nuevos antibióticos, los microorganismos infecciosos se han vuelto resistentes y hoy la tuberculosis, que en mi niñez había sido derrotada, está resurgiendo y ha matado este año pasado a un millón de personas.

- ¿No me habla usted del Tercer Mundo?

- Ése es otro triste capítulo: apenas se investigan las enfermedades tercermundistas, porque los medicamentos que las combatirían no serían rentables. Pero yo le estoy hablando de nuestro Primer Mundo: la medicina que cura del todo no es rentable y por eso no investigan en ella.

- ¿Los políticos no intervienen?

- No se haga ilusiones: en nuestro sistema, los políticos son meros empleados de los grandes capitales, que invierten lo necesario para que salgan elegidos sus chicos, y si no salen, compran a los que son elegidos.

- De todo habrá.

- Al capital sólo le interesa multiplicarse. Casi todos los políticos - y sé de lo que hablo- dependen descaradamente de esas multinacionales farmacéuticas que financian sus campañas. Lo demás son palabras...

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viernes, 5 de octubre de 2007

El plomo, un riesgo para la salud

La OMS alerta sobre el riesgo potencial del plomo sobre todo en niños ya que puede interferir de forma significativa en su desarrollo

La noticia de la retirada del mercado de juguetes en los que se había detectado un exceso de plomo en la pintura, ha disparado de nuevo las alertas por posibles casos de intoxicaciones. La intoxicación por plomo ya había sido un problema preocupante pero gracias a las normativas aplicadas, la exposición al metal se está reduciendo desde 1970. Ahora, un estudio señala que un 13% de los casos de retraso mental en la infancia pueden ser atribuidos a contaminación por este mineral y que cuatro de cada diez niños presentan niveles altos en sangre.

Autor: TERESA ROMANILLOS |
Fecha de publicación: 1 de octubre de 2007
Fuente:http://www.consumer.es/web/es
Mínimos niveles, tóxicos


Son numerosos los estudios que demuestran el efecto perjudicial del plomo sobre la salud, especialmente en los niños. Un estudio auspiciado por la OMS y publicado en Environmental Research, señala que un 13% de los casos de retraso mental en la infancia pueden ser atribuidos a contaminación por plomo y que cuatro de cada diez niños presentan niveles altos de este mineral en la sangre. Los menores son más sensibles a los efectos del metal porque su sistema nervioso, en desarrollo, es más vulnerable. Además, tienen conductas, como llevarse objetos a la boca, que favorecen las intoxicaciones y presentan mayor capacidad de absorción del plomo que los adultos.

Cifras mínimas de plomo en niños pueden provocar deterioro intelectual y retardo en el inicio de la pubertad

Durante el embarazo, el plomo cruza la placenta y llega al feto. Se han descrito malformaciones vertebrales, cardíacas, renales y en extremidades del recién nacido. Las distintas manifestaciones clínicas se correlacionan con los niveles de plomo en sangre. La encefalopatía plúmbica se relaciona con altos niveles de plomo superiores a 80 microgramos por decilitro (µg/dl), el deterioro cognitivo con 50 µg/dl, la neuropatía (enfermedad del riñón) con 40 µg/dl y la neuropatía periférica con 20 µg/dl. Incluso con valores bajos como 10 µg/dl puede aparecer anemia y con cifras menores de 10 µg/dl, se ha referido, en niños, deterioro intelectual y en niñas, retardo en el inicio de la pubertad.

Mientras que en adultos el límite es de 30 µg/dl, en niños, por su mayor sensibilidad, los niveles máximos tolerados de plomo son menores. Por ello, niveles por encima de 10 µg/dl se consideran elevados. El diagnóstico de la intoxicación por plomo suele ser difícil, ya que los síntomas a menudo son inespecíficos. La medida más utilizada es la determinación de plomo en sangre y la zinc-protoporfirina. El tratamiento consiste en alejamiento de la fuente de exposición, cambios en los hábitos, y una dieta adecuada en calcio, hierro y vitamina C sobre todo en niños. Dependiendo de los niveles de plomo, la terapia quelante, que se aplica para eliminar metales pesados, requiere la administración intravenosa de un suero fisiológico con una serie de substancias, como EDTA y complejos polivitamínicos, poliminerales y antioxidantes con la intención de 'limpiar'las arterias.

INHALADO O INGERIDO


Lexie
El plomo puede ser inhalado a través del sistema respiratorio o ingerido y absorbido por el aparato digestivo. Tras su absorción, circula en sangre unido a los glóbulos rojos y posteriormente se distribuye a los tejidos del hígado, riñón, médula ósea y sistema nervioso central, órganos diana de su toxicidad. Entre uno y dos meses, el plomo se difunde a los huesos donde se mantiene inerte y no tóxico, aunque en ciertas situaciones como inmovilidad, embarazo y la toma de algunas medicaciones, puede volver a movilizarse desde el hueso. Finalmente se excreta por orina, aunque una pequeña parte se elimina por la bilis, piel, cabello, uñas, sudor y leche materna.

Pese a que la intoxicación por plomo más frecuente es la crónica, después de una exposición a gran concentración, puede darse toxicidad de forma aguda, presentándose como encefalopatía, insuficiencia renal y síntomas gastrointestinales. Dolor abdominal, cansancio, cefalea, irritabilidad, dificultad en la concentración y estreñimiento son el paquete de síntomas más habituales, además de anemia. El dolor abdominal puede ser intenso y se conoce como 'cólico saturnínico'. En algunos pacientes el plomo se deposita en las encías en forma de una línea oscura entre la base del diente.

A nivel del sistema nervioso, la intoxicación se manifiesta en los nervios periféricos, sobre todo de los miembros superiores, provocando lo que se conoce como 'mano del pintor', porque se solía presentar en estos trabajadores por el uso de pinturas con alto contenido de plomo. En los niños, el plomo puede inducir lesiones en el sistema nervioso provocando problemas de comportamiento y aprendizaje, como la hiperactividad. Asimismo, puede inducir a crecimiento lento, retardo de la pubertad, sordera, cefaleas y pérdida de memoria y de concentración.

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domingo, 16 de septiembre de 2007

El poder del pensamiento en positivo

¿El vaso medio lleno o medio vacío? La mente es demasiado poderosa como para minimizar el efecto de nuestras ideas e intenciones sobre la realidad. De cómo y por qué aquello que pensamos determina en gran parte lo que nos sucede

Domingo 16 de setiembre de 2007 Publicado en la Edición impresa
Noticias de Revista La Nacion

Atrévase: el artículo que usted comienza a leer sólo trae buenas noticias. En línea paralela con los escépticos, los trágicos, los eternos derrotados y aun los nihilistas –aunque sin malgastar energías en el enfrentamiento–, hay mucha gente en el mundo convencida de que todos podemos pensar en positivo y que esto nos conducirá, inevitablemente, a una mejor calidad de vida.

"El optimismo es aprendido –asegura Andrés López Pell, psicólogo, director de la Fundación para la Salud y la Educación (Funsaled) y autor de investigaciones sobre el tema–. Por lo tanto, se mejora a través de distintos recursos, entre ellos, la psicoterapia. Se puede traer un bagaje genético que marque una tendencia o la influencia de aspectos de crianza, pero todo es modificable. El optimismo no es ingenuidad ni fantasía: es un conjunto de expectativas respecto del futuro que nos permite interpretar verazmente la realidad. Si la canoa se está hundiendo, se está hundiendo. El punto es no llorar, sino intentar nadar (o aplicar otro recurso, que siempre existen) para ponerse a salvo."

Hugo Hirsch, director del Centro Privado de Psicoterapias (CPP), dice que ver el vaso medio lleno o medio vacío no es otra cosa que un hábito, y que un hábito es algo que podemos cambiar. "Se puede aprender a ver lo positivo de cada situación –dice Hirsch, un psicoterapeuta de larga trayectoria–. Hay personas que lo logran más fácilmente que otras; existen aquellos que lo hacen naturalmente, pero todos podemos entrenarlo por medio de distintos métodos, por ejemplo, la autoconciencia y el autoconocimiento, aprendiendo a identificar pensamientos negativos y cuestionándolos. Si tenemos en claro la propensión hacia el pensamiento negativo, somos conscientes de la dificultad para ver lo positivo. Es un buen inicio."

La búsqueda del bienestar (o de la felicidad) es una meta que parece haber nacido con el ser humano. Tema filosófico por excelencia –desde los griegos, primer escalón reflexivo de la cultura occidental, distintas escuelas y corrientes sumaron aportes sobre el tema–, su status científico fue sin embargo bastante relegado: hasta podría decirse que ciertas disciplinas arrojaron la propensión humana al bienestar o la felicidad a la estantería de los temas menores.

Beatriz Vera Poseck, licenciada en psicología por la Universidad Complutense de Madrid, escribe que durante muchos años la psicología se centró exclusivamente en el estudio de la patología y las debilidades del ser humano, y que esta perspectiva la convirtió en algo así como una "ciencia de la victimología", como si el estudio de la "parte positiva" de la existencia humana no tuviera (casi) sentido.

Sin embargo, cuando, en 1998, asumió como presidente de la Asociación Americana de Psicología, el psicólogo estadounidense Martin E. P. Seligman, nacido el 12 de agosto de 1942 en Albany, dio un contundente giro al estado de las cosas. Nacía así la psicología positiva.

Un golpe de timón

"Después de 25 años de estudiar la depresión, Seligman dijo basta –explica Hugo Hirsch–. Entonces comenzó a preguntarse por qué había muchos que, en lugar de deprimirse, eran o intentaban ser felices. Advirtió que desde fines de la Segunda Guerra Mundial, o quizás antes, todas las disciplinas vinculadas con la salud mental se habían ocupado únicamente de lo que andaba mal, de recuperar lo roto, por decirlo de alguna manera, pero poco y nada se había investigado para trabajar con lo bueno."

Hirsch plantea que la psicología positiva se orienta al hallazgo empírico de aquellos elementos que contribuyen al bienestar, la felicidad, la realización personal. "Por ejemplo –enumera–, las características familiares que tienen aquellos hogares con niños más sanos, o cómo incide el sentimiento de esperanza en el proceso de curación de las enfermedades. No es una escuela, no hay un único modelo, lo que sí existe es una búsqueda de investigaciones científicas que demuestren cómo es posible que alguien desarrolle una virtud. Se parte de un supuesto: que podemos ser felices, y se busca identificar factores que conduzcan a eso y producir material científico con evidencia empírica que permita que cualquiera los utilice. Por ejemplo, está demostrado científicamente que la actividad física regular mejora el estado de ánimo. Es bien práctico; la información les sirve tanto al profesional de la salud como al lego. Es una reacción al énfasis de más de 50 años de búsqueda de solución de la patología: más que identificar debilidades se busca señalar fortalezas y trabajar sobre ellas. Y es más probable que se consigan resultados trabajando sobre fortalezas que sobre debilidades."

Todo ser humano (sí, cada una de las personas que habitan este planeta) tiene un conjunto de fortalezas personales según Seligman: curiosidad, amor por el conocimiento, pensamiento crítico, ingenio, perspectiva, valentía, perseverancia, honestidad, vitalidad, amor (capacidad de amar y ser amado), generosidad, distintos tipos de inteligencia, sentido de la justicia, capacidad de liderazgo, don de perdonar, modestia, prudencia, autocontrol, aptitud para apreciar la belleza, disposición para agradecer, optimismo, sentido del humor, espiritualidad.

Y en tanto los tratamientos psicológicos habitualmente se focalizan directamente sobre los problemas que aquejan a la persona, Seligman postula que la psicoterapia positiva es una "estrategia de amortiguación", en la que el diálogo con el terapeuta se centra en incrementar las emociones positivas, las fortalezas, en lugar de las carencias. Accediendo a la página web del instituto que dirige, es posible conocer este conjunto de cualidades, además de (previa registración, totalmente gratuita) tomarse autotest y trabajar sobre ellas ( http://www.authentichappiness.sas.upenn.edu/questionnaires.aspx´ ).

"Pero la psicología positiva se vincula también con el concepto de resiliencia –agrega Hugo Hirsch–, que ha sido tomado de la física, y es la capacidad de los materiales de regresar a su estado inicial aunque hayan sido completamente alterados. Pero si lo utilizamos en psicología o en cualquier otra ciencia humana, resiliencia quiere decir más que eso, y es, por ejemplo, la capacidad que muestran las personas, por caso muchos niños, para atravesar circunstancias por demás difíciles o trágicas y salir fortalecidos de eso. Todos estos años aprendimos mucho sobre factores de riesgo. Sin embargo, olvidamos que un factor de riesgo no es necesariamente una condena."

Pensar, un arma poderosa

¿De qué se nutre un pensamiento? Según Andrés López Pell, "lo que se cree de las cosas es muchas veces una idea infundada que se adquirió a lo largo de la vida sin saber bien ni cuándo ni cómo, y que probablemente nunca haya sido sometida a un análisis racional. Seligman afirma que a menudo muchas de las creencias son prejuicios y, por lo tanto, sumamente inútiles. La indicación es tomar distancia de las explicaciones pesimistas, al menos hasta verificar su certeza".

El método propuesto por el creador de la psicología positiva consiste en un diálogo interno con uno mismo que permite discutir (sin intermediarios) acerca de la evidencia, las alternativas, las implicaciones y la utilidad de la creencia pesimista que la persona presenta y que habitualmente es un obstáculo para su propio bienestar. "Uno tiene que actuar como un detective, buscando evidencias de esa creencia", ironiza López Pell. "Aunque se obtengan pruebas que apoyen esa creencia –agrega el psicólogo–, generalmente la realidad estará a favor de rebatirla porque las ideas pesimistas tienen un punto débil: suelen exagerar algún aspecto de la realidad y los hechos pueden poner de manifiesto esas distorsiones, generalmente asociadas a explicaciones catastróficas. Los acontecimientos son siempre multideterminados, y las personas pesimistas suelen aferrarse a las explicaciones más negativas; por eso, la tarea consiste en desechar esa costumbre destructiva y habituarse a generar pensamientos más realistas y lógicos."

Hirsch explica que lo típico del pensamiento pesimista, según Seligman, es considerar: "Lo que me pasa de malo es lo único que me pasa, abarca toda mi vida, va a durar para siempre y yo soy responsable o culpable de eso".

¿Y cómo garantizar que la influencia de los aspectos inconscientes no atenten contra la intención de modificar nuestros patrones negativos de pensamiento? "Durante mucho tiempo –explica Hugo Hirsch– se puso tanto énfasis en lo inconsciente que les hemos restado demasiada importancia a los aspectos conscientes, que son los voluntarios. Pensar en términos positivos nos dispone a que algo salga razonablemente bien. Podemos ampliar nuestro margen de conciencia perfectamente. La felicidad depende más de desarrollar ese margen y, con esa conciencia, hacer algo. Porque de poco o nada sirve entender y entenderse sin autogestión: el autoconocimiento sin autogestión no sirve para nada. Tengo que conocer mis recursos, pero también saber cómo administrarlos."

Más sanos, más longevos

Diversos estudios científicos demuestran que de la mano del pensamiento positivo se suma mejor salud física y emocional. Andrés López Pell explica que una investigación realizada entre pacientes de la institución que dirige junto a Alexis Kasansew reveló que aquellos que habían incrementado su nivel de optimismo sufrían menos somatizaciones: malestar estomacal, taquicardia, náuseas, sensación de ahogo: "Toda la sintomatología que corresponde al estilo somático –dice López Pell–. Estas personas suelen ser más pesimistas, tienen peores expectativas sobre el futuro; responden al tipo de gente que cuando se divorcia, por ejemplo, cree que estará solo para siempre y, de ese modo, genera un círculo vicioso, una autoprofecía que posiblemente se cumplirá".

Pensar en positivo también nos hace más longevos. Un estudio de la Universidad de Yale, en Estados Unidos, encabezado por la doctora Becca Levy y realizado durante varias décadas sobre más de 600 personas mayores de 50 años, demostró que aquellos con una disposición más positiva hacia el envejecimiento vivían más tiempo (hasta un promedio de 7,5 años) y libres de enfermedades típicamente asociadas a la vejez.

En este sentido, la doctora Martina Casullo, directora del Departamento de Psicología de la Universidad de Palermo, profesora emérita de la UBA e investigadora principal del Conicet, dice que a menudo hacemos una asociación inmediata entre la vejez y el deterioro, "cuando también puede ser sinónimo de sabiduría; ¿por qué no mirarla también de esta manera?".

Casullo coordinó durante los dos últimos años el 1º y el 2º Encuentro Iberoamericano de Psicología Positiva en nuestra ciudad, organizado por la Universidad de Palermo, y que contó con la asistencia de más de un centenar de especialistas de todo el continente. "Seligman envió a un delegado, James Pawelski, que es hispanohablante, para que asistiera a la reunión de este año–comenta la psicóloga, sin disimular su entusiasmo– y el año pasado él mismo prologó la edición especial de la revista Psicodebate, que edita la Universidad, dedicada completamente a artículos sobre psicología positiva." (Psicodebate 7, revista de Psicología, Cultura y Sociedad de la Universidad de Palermo, Buenos Aires, 2006).

La especialidad del planteo no radica en lo "novedoso" de las ideas: el propio Martin Seligman dice que la psicología positiva no descubre nada nuevo en realidad, nada muy diferente de lo que el sentido común nos puede enseñar.

Temas olvidados

Martina Casullo plantea que en este inicio del siglo hay dos ejes que dominan el ambiente de la reflexión sobre la condición humana. "Uno es el respeto al aporte de las neurociencias –dice la psicóloga– y otro, el enfoque sociocultural. Hoy está demostrado que el medio ambiente no es sólo estresor y negativo, sino que también puede influir positivamente en el individuo. La psicología positiva de hace eco de este espíritu de época y recupera temas que han sido olvidados a pesar de que tienen una importancia central en el

bienestar de las personas: entre éstos, los valores, que constituyen en buena parte el capital psíquico del sujeto y que lo ayudan a buscar el bienestar a partir de sus posibilidades, de sus propios recursos. Si se trabaja desde allí, es posible que las expectativas sean más reales para cada uno de nosotros y enfrentemos menos frustraciones."

Casullo dice que un tema al que la psicología positiva da especial énfasis es la capacidad de perdonar. "Y no hablamos del perdón como sinónimo de reconciliación, o de anular la demanda ante una ofensa o un delito. Es, en realidad, un trabajo de autoperdón para lograr que la propia persona no se sienta culpable. El desarrollo de la capacidad de perdonar debería integrar programas de promoción y prevención de la salud, porque son muchas las personas que podrían beneficiarse si tuvieran la posiblidad de hablar y reflexionar sobre el tema."

La psicología positiva también enfoca su mirada hacia la influencia que tienen aspectos tales como la religiosidad, la vida cultural, la gratitud, el sentido del humor y la autoestima, o las estrategias puestas en marcha frente a los duelos, en la calidad de vida de los colectivos sociales, y ocupa buena parte de las investigaciones el estudio de cómo poblaciones de alto riesgo logran enfrentar (y superar) las negativas condiciones de vida que les tocan, es decir, la resiliencia.

Martina Casullo comenta que el enfoque de la psicología positiva tiene especial aceptación entre sectores medios y bajos, "por la necesidad concreta de sobrevivir en ambientes más adversos –reflexiona–. Por ahora, para sectores más ligados a lo intelectual no se trata de un pensamiento de primera línea… Se lo ve facilista o simplista, se lo asocia a la new age sin tener en cuenta que se gestó y se está desarrollando en ámbitos académicos y científicos, y tampoco se tiene en cuenta lo más importante: que contempla temas esenciales de la vida, que recupera lo mejor de la psicología humanística y existencial y de la psicología social".

El secreto radica, todo parece, en desarrollar recursos que apunten a la prevención y que permitan que cada persona enfrente mejor y más dotada con sus recursos, reconociéndolos, su propio proyecto de vida.

"El balance de lo que se hizo durante el siglo XX es negativo –dice Martina Casullo, ensayando una sonrisa que oscila entre el realismo más cruel y la tímida esperanza–. No hacen falta ni más resentimientos y ni más broncas. Tenemos que tener un propósito, y este enfoque puede ayudarnos a ir tras él."

Por Gabriela Navarra

Para saber más http://www.thehappinessinstitute.com/
http://www.cpp.com.ar/
http://www.authentichappiness.sas.upenn.edu/ /
http://resilnet.uiuc.edu/espanol
http://www.funsaled.org.ar/
http://www.psicologia-positiva.com/
buenosaires@ar.bkwsu.org (Universidad Espiritual Mundial Brama Kumaris, sede local)

La paradoja de Seligman

Parece mentira, pero el hombre que firmó el acta fundacional de la psicología positiva pasó más de la mitad de su vida estudiando la depresión: Martin E. Seligman, director del Centro de Psicología Positiva de la Universidad de Pensilvania, EE.UU, desafió a sus colegas y, tras haber sido nombrado presidente de la Asociación Americana de Psiquiatría, en 1998, destinó todos sus esfuerzos al desarrollo de una tendencia que algunos ya consideran escuela y que, aseguran, gana adeptos día a día.

“Seligman pasó muchos años de su vida estudiando cómo las personas que sufren depresión llegaban a un estado que llaman de desamparo aprendido y que consiste básicamente en considerar que no tienen ninguna alternativa viable para cambiar esa situación –explica Andrés López Pell–. En determinado momento, invirtió sus preguntas y comenzó a buscar respuestas acerca de cómo existían sujetos que, aun sometidos a los peores estresores y situaciones difíciles, siempre eran capaces de salir adelante.

Seligman fue uno de los primeros investigadores en demostrar, por ejemplo, que, alcanzado cierto nivel mínimo que garantice la cobertura de las necesidades básicas, tener mayor dinero no es un pasaporte hacia la felicidad. Y de esto, fundamenta, dan fe los estudios sobre la depresión en sociedades económicamente desarrolladas y opulentas.

Seligman plantea que existen tres tipos de felicidad, aplicados a tres niveles de vida diferentes: “La vida placentera, la vida buena y la vida con sentido –dice–. Para alcanzar el primer tipo de felicidad debemos intentar disfrutar de los mayores placeres posibles y echar mano de métodos que nos permitan saborearlos y disfrutarlos mejor: compartirlos con los demás, aprender a describirlos y recordarlos, y usar técnicas como la meditación para ser más conscientes de esos placeres. El segundo nivel, mucho menos superficial y pasajero, es lo que Aristóteles llamó eudaimonia y que ahora denominamos flow, o estado de flujo, y que consiste en encontrar las propias virtudes y los talentos, y ponerlos a nuestro servicio, viviendo experiencias que nos dejen absortos, fuera del tiempo. Finalmente, la vida con sentido supone encontrar alguna causa, motivo o tarea más grande que uno mismo, estar el servicio de los demás de alguna forma, y es la que permite una felicidad más profunda y duradera.”

Para pensar en positivo

Tener en cuenta estas claves pueden ayudar a reformular nuestra forma de sentir, pensar y actuar.

1.- Evitar las ideas del tipo “todo o nada”. La realidad no es “blanco y negro” o “buena o mala”. Si pensamos en esos términos, somos rígidos y no damos lugar a matices o puntos de vista.

2.- No generalizar demasiado. Alguien mintió o no acudió a la cita, pero eso no significa que ocurra en todos los casos. Conclusiones que comiencen con “siempre” o “nunca” suelen conducir a exageraciones.

3.- No focalizar en el peor detalle. Las situaciones tienen distintos puntos de vista. Si elegimos centrarnos en lo peor, todo se verá mal. Por ejemplo, dar más importancia a críticas que a elogios.

4.- No minimizar lo bueno. Siempre hay algo positivo para destacar. Si lo pasamos por alto o lo desvalorizamos, perdemos la oportunidad de apreciar sus ventajas.

5.- Por menos o por más. Nos equivocamos tanto cuando exageramos la importancia de un problema como cuando minimizamos nuestras capacidades para afrontarlo.

6.- Evitar las predicciones. Ante indicios confusos o que nos despiertan ansiedad, anticipamos la peor conclusión. Pensar que algo saldrá mal incide en su resultado.

7.- Decir “no” a las suposiciones. En nuestra comunicación cotidiana es frecuente que creamos que otro (amigo, pareja, compañero) piensa o siente de un modo. ¿Cómo sabemos que es así? Preguntar es mejor que suponer.

8.- Huir de la victimización. Frases o sentimientos como “¿por qué me toca siempre a mí?” o “siempre tengo mala suerte” o “¿por qué a los otros sí y a mí no?” nos alejan de la responsabilidad sobre nuestros actos.

9.- No poner ni ponernos etiquetas. Al equivocarnos, no toda nuestra persona merece ser descalificada; y algo similar ocurre cuando otros cometen errores. No es lo mismo decir “esto lo hice” que “soy un tonto”. Pero atención: tampoco responsabilizar a los demás por errores propios.

10.- Poner límites a la propia responsabilidad. Si nos creemos responsables de cada problema (una separación, un hijo que desaprueba, etc.) sólo sentiremos culpa. Esta idea, sin embargo, oculta otra, más negativa aún: creer que todo está bajo nuestro control.

Lucha siempre

Por Francesco Alberoni

Me ha ocurrido muchas veces que he dejado a un amigo o conocido en condiciones desastrosas, ya de salud, económicas o de trabajo. Y me he preguntado con miedo cómo habría hecho para resistir, en qué habría acabado su situación. Y muchas veces, reencontrándolo después de años, he descubierto que estaba bien, alegre, lleno de vida, con una nueva actividad, a veces con una nueva esposa o un nuevo marido. Y he entendido que, en realidad, no podemos decir que la vida de una persona está acabada, porque todos poseemos enormes capacidades que no utilizamos y la vida siempre nos ofrece una nueva oportunidad, antes impensable. Pero se ponen en juego cosas muy profundas. Cuando estás duramente derrotado, o cuando enfrentas una enfermedad mortal, te alejas de la realidad, te repliegas en ti mismo; es un poco como su estuvieras muerto. Y cuando te recuperas, cuando te curas, es como si te fuese dada una segunda vida, y te invade un deseo febril de hacer, de tener nuevas experiencias. Un amigo mío, que se recuperó de un tumor considerado incurable, se compró un bellísimo barco con el que sale a navegar por el Mediterráneo. Otro ha escrito un libro que ha tenido un éxito inesperado. Una amiga se ha hecho famosa haciendo publicidad, otra ha adoptado un niño, una tercera simplemente se ha dedicado a gozar de las cosas bellas: un baño en el mar, su jardín, un viaje, una fiesta, y cuando hablas con ella te serena. Por eso nunca hay que decir : “No hay nada que hacer”; “qué se le va a hacer, no puedo tener hijos”; “qué se le va a hacer, no me gradué”; “qué se le va a hacer, me llegó la menopausia”; “qué se le va a hacer, estoy jubilado”. No tiene sentido: es como decir “qué se le va a hacer, se terminó la liquidación”. Si la liquidación se terminó, hay otras infinitas posibilidades de compras. Y no hay que perder tiempo en lamentarse de no tener más esto o aquello, ni de rumiar nuestros errores o las maldades que han cometido los demás. Errores cometemos todos y todos padecemos las maldades ajenas. No se trata de ser optimista solamente: tenemos que hacer las cosas que nos gustan, que nos estimulan, e ignorar las demás. No hables con los que te resultan antipáticos, con los que te irritan, y no veas películas que no te interesan; evita los programas de televisión que te fastidian. Y si encuentras algo que realmente tiene valor, lucha por realizarlo. Debes estar tan vivo a los noventa años como a los veinte. Y lucha sin miedo, con placer, con el gusto de hacer algo como si fuera una competencia de esquí, o de tenis o una maratón.

Corriere della Sera /LA NACION

El autor, italiano, es escritor

Traducción: Mirta Rosenberg

El arte de fluir

En el libro Pensamiento positivo (RBA Libros), Miriam Subirana y Ramón Ribalta explican que la modificación de viejos hábitos o creencias es la clave para transformar nuestros patrones de pensamiento. Las motivaciones, las visualizaciones, las afirmaciones positivas y la meditación, definida como “el poder del pensamiento concentrado”, son buenas herramientas. La meditación, desafían sus adeptos, no tiene nada de complicado. Se puede comenzar repitiendo palabras sencillas (“amor”, “paz”, “luz”), en voz alta o en silencio, durante lapsos de 10 a 20 minutos, en lugar y situación tranquilos, cómodamente ubicados, respirando en forma pausada y consciente. El fenómeno está lo suficientemente estudiado y los resultados son contundentes: por derecho y por revés, meditar hace bien.

Subirana y Ribalta dan ejemplos de pensamientos innecesarios (generalmente referidos al pasado; por ejemplo: “Si hubiera estado ahí no habría sucedido esa desgracia”), negativos (del tipo “todo va a salir mal”), y en tanto dicen que esta clase de pensamientos –más allá de la razón que uno tenga acerca de lo que expresan– nos vuelven perdedores porque estimulan un estado de “polución mental”, un pensamiento positivo, por sencillo que sea, siempre genera un beneficio… y no daña a nadie.

Simon Reynolds, en Mejor que el chocolate (Ed. V&R), enumera 50 técnicas para ser más felices: registrar qué cosas nos hacen bien, practicar actividad física, ser disciplinados, agradecer, reír, dormir mejor, tener metas altas, cultivar la amistad, no hacer del dinero la prioridad de la vida, expresar el cariño, mantenernos ocupados, tener un propósito vital. Reynolds explica el concepto de “fluir” (flow), introducido por el psicólogo de origen húngaro (y apellido impronunciable) Mihaly Csikszentmihalyi, uno de los aportes más importantes para explicar las claves del disfrute. El fluir consiste en realizar una actividad con cierto nivel de complejidad, ver claramente que avanzamos en ella, usar en eso toda nuestra concentración, y sentir que tenemos el control.

Los expertos aseguran que cuanto más “fluimos” más felices somos. ¿Y cómo?

El propio Martin Seligman da ejemplos de fluir. Dice que él es jugador de bridge, un entretenimiento muy común entre los estadounidenses mayores. “El promedio de edad de quienes participan en los torneos es de 70 años, una época de la vida en que es frecuente sentir dolores y molestias físicas –reflexiona–. Sin embargo, ninguno de ellos se queja de nada mientras juega. Están completamente absortos en lo que hacen, se olvidan de todo.”

El propio bienestar

En 1984, el psicólogo Edward Diener, de la Universidad de Illinois, EE.UU, elaboró una escala de medición del propio bienestar.

Sólo lleva unos minutos y puede orientarnos acerca de cuán conformes (o no) estamos con nuestra propia vida. A continuación, cinco afirmaciones con las que puede estar de acuerdo o no.

Utilizando esta escala de 1 a 7 indique su grado de acuerdo con cada frase colocando a continuación de ella el número apropiado.

1. En total desacuerdo
2. En desacuerdo
3. Ligeramente en desacuerdo
4. Ni de acuerdo ni en desacuerdo
5. Ligeramente de acuerdo
6. De acuerdo
7. Totalmente de acuerdo

a) En la mayor parte de los aspectos, mi vida está próxima de mi ideal
b) Las condiciones de mi vida son excelentes
c) Estoy satisfecho/a con mi vida
d) En gran parte, he logrado las cosas importantes que quería en la vida
e) Si pudiera vivir mi vida otra vez, no cambiaría casi nada de ella

Puntuaciones:

31 a 35: extremadamente satisfecho con su vida
26 a 30: muy satisfecho
21 a 25: ligeramente satisfecho
20: punto neutral
15 a 19: ligeramente insatisfecho
10 a 14: insatisfecho
0 a 9: extremadamente insatisfecho

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lunes, 10 de septiembre de 2007

¿Vivimos expuestos a un cóctel tóxico?

Cómo afecta nuestra salud el contacto cotidiano con más de 75.000 sustancias químicas artificiales


LONDRES.- Hoy uno puede estar expuesto a alrededor de 75.00 químicos artificiales. A lo largo de todo el día se los respira, se los absorbe a través de la piel y se los ingiere en las comidas. Vivir dentro de esta sopa química es un efecto colateral del siglo XXI. La pregunta es: ¿nos está haciendo daño?

Hay buenas razones para pensar que sí. No por la acción individual de cualquiera de ellos, sino por la manera como los efectos de diferentes componentes se combinan una vez que ingresan en nuestro organismo. A medida que se recogen evidencias de que este "efecto cóctel" es real, las agencias reguladoras están repensando la manera en que debemos medir los efectos de las mezclas sintéticas en nuestra salud.

Los ambientalistas hace mucho que advierten sobre este peligro, pero hasta hace poco no había evidencias sólidas que confirmaran sus temores. Los tests de toxicidad se han estado haciendo sobre el análisis químico por químico. El camino para medir los efectos de las mezclas complejas es largo y no lograrlo es peligroso.

"Cuando a uno le dan una receta, el médico le pregunta qué más está tomando, porque se preocupa por las interacciones entre las drogas, que pueden ser devastadoras", dice Shanna Swan, directora del Centro de Epidemiología Reproductiva de la Universidad de Rochester en Nueva York.

Esto también sucede con químicos como los pesticidas y los disruptores endocrinos, agrega. "Hay que considerar sus interacciones y estamos comenzando a hacerlo." Para establecer el riesgo que suponen esas mezclas, un pequeño número de científicos de Europa y Estados Unidos están probando preparaciones químicas sobre levaduras, pescado y ratas. Los efectos podrían ser aditivos, o sinérgicos, es decir, mayores que la suma de las partes.

Otros investigadores están explorando la relación entre enfermedades en humanos y la exposición anterior a grupos de químicos. Andreas Korttenkamp, toxicólogo ambientalista de la Universidad de Londres, estudia los efectos de estas mezclas luego de advertir un aumento en desórdenes endocrinos. En los hombres hubo aumento de malformaciones congénitas, como la hispospadia, en la cual la uretra está en el lado erróneo del pene. Hubo también un aumento del cáncer testicular y menor cantidad en el recuento de esperma. En las mujeres hubo más casos de cáncer de mama y de ovario poliquístico.

Estos aumentos presentan un enigma a los investigadores. Cuando examinaron a personas con estos desórdenes y a sus madres encontraron que tenían muy bajos niveles de químicos de los conocidos por causar esos efectos. Esto llevó a Kortenkamp a sospechar que las mezclas eran el enlace que faltaba. Se preguntó si los efectos de diferentes químicos al actuar a través del mismo camino bioquímico podían sumarse al proceso. Su equipo se concentró en los xenoestrógenos, compuestos que interrumpen la actividad del estrógeno e inducen al desarrollo de las características sexuales femeninas.

Altos niveles de xenoestrógenos en el ambiente han demostrado que feminizan a los peces machos y llevaron a Kortenkamp a descubrir que si las dosis de todos estos químicos eran simplemente agregadas juntas, luego de modificar las potencias que varían, esta nueva dosis acumulativa podría ser usada para predecir el efecto, un principio llamado "dosis de adición".

Intuitivamente esto tiene sentido, dice: "Cada componente de la mezcla contribuye a ese efecto, no importa lo pequeño que sea".

Earl Gray, un ecotoxicólogo de la división de toxicología reproductiva de la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos, también lo intentó exponiendo a ratas preñadas al vinclozolin y a la procimidona. Cuando lo hicieron con compuestos individualmente, tampoco vieron efectos. Pero cuando combinaron los dos, la mitad de los machos nacieron con hipospadia. Gray llama a este fenómeno "la nueva matemática": cero más cero es igual a algo.

Problemas regulatorios

Todo esto acarrea problemas a las agencias de regulación de todo el mundo. Los gobiernos generalmente no tienen en cuenta los efectos aditivos de diferentes químicos, con la excepción de las dioxinas, que se acumulan en niveles peligrosos y afectan las hormonas del cuerpo, y algunos pesticidas. Las afirmaciones de riesgo se hacen, mayormente, sobre un químico por vez.

Aun así la regulación no es un tema simple. Primero es necesario saber la potencia del químico, identificar qué tejidos daña y establecer si una determinada población podría estar expuesta a otros químicos que podrían dañarla en esos mismos tejidos. Si se suma el efecto cóctel, es todavía más difícil.

"Es un escenario regulatorio muy difícil -admite Gray-. En este punto la ciencia es más fácil de aplicar que un marco regulatorio."

Además, con muchas mezclas es casi imposible descubrir hasta qué punto lo estamos logrando. El disruptor dietilftalato, por ejemplo, se escapa fácilmente de los plásticos y está en muchos productos diferentes, desde los cepillos de dientes hasta los juguetes y en los envases de cosméticos y en drogas, de manera que sería dificultoso descubrir la exposición adicional de todas las fuentes, afirma Gray.

Esto hace que sea engañoso investigar los posibles enlaces entre mezclas químicas y las enfermedades. "Todo el mundo está expuesto a los químicos, incluso la gente que vive en el Artico", dice John Sumpter, ecotoxicólogo de la Universidad Brunel de Londres.

"No podemos ir a un grupo con una mezcla de químicos desagradables y luego a otro que no tuvo exposición y comparar sus tasas de riesgo de cáncer de mama o de recuento de esperma. Estamos haciendo un experimento científico al dejar que esos químicos se acumulen en nuestros cuerpos, la sangre y en la vida silvestre."

Es por eso que algunos investigadores sugieren nuevas formas de analizar los efectos de las mezclas químicas en el cuerpo. Por ejemplo, en lugar de tratar de identificar los niveles individuales de xenoestrógenos en la sangre de un paciente, sería más efectivo tomar muestras de suero y determinar la "carga de estrógenos" que el cuerpo recibe de una variedad de fuentes diferentes y examinar la muestra en el laboratorio sobre células sensibles al estrógeno.

"Podría funcionar bien como herramienta para identificar a la gente con problemas potenciales", asegura Linda Birnbaum, directora de la división de toxicología experimental de la Agencia de Protección Ambiental. Luego, por ejemplo, se pueden hacer cócteles de alimentos, agua y otros productos de la vida de la persona para intentar identificar la fuente de los químicos.

Nos guste o no, los químicos están entre nosotros. "La gente no puede quitar los ftalatos, por ejemplo, del aire, agua o alimentos", asegura Swan. "Mucha gente no tiene la información o el dinero para hacer estas cosas." Un acercamiento más productivo podría ser decir a la gente cómo limitar la exposición a las sustancias dañinas y solicitar el etiquetado a los fabricantes. "Necesitamos poner mucho dinero para imaginarnos lo que estas cosas hacen en escenarios reales y tomar acciones regulatorias", agrega. "Así como limitamos el humo del cigarrillo, tendremos que limitar otras exposiciones."

Por Bijal Trivedi
De New Scientist


Traducción: María Elena Rey

Fuente original: http://www.lanacion.com.ar/cienciasalud/nota.asp?nota_id=942347&origen=premium

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