sábado, 28 de marzo de 2009

Yogures antiúlcera

Científicos japoneses han desarrollado un yogur enriquecido con un anticuerpo procedente de huevos de gallina que consigue acabar con "Helicobacter pylori"

A los beneficios que se le atribuyen al yogur por tener bacterias vivas de efectos beneficiosos para la salud se le suma ahora uno nuevo, según se desprende de un estudio realizado por un grupo de expertos de la Universidad de Kyoto, en Japón. La investigación se ha basado en enriquecer un yogur con un anticuerpo procedente de huevos de gallina que consigue acabar con "Helicobacter pylori", una bacteria responsable de muchas úlceras de estómago y algunas variantes de gastritis.

  • Autor: Por MAITE PELAYO
  • Fecha de publicación: 26 de marzo de 2009
  • Fuente: www.consumer.es

El equipo de investigadores ha observado cómo en 42 pacientes infectados con "H. pylori" su actividad bacteriana se reducía al mínimo tras ingerir dos copas de este yogur al día durante cuatro semanas. Una vez neutralizada la actividad de la bacteria en estos pacientes, el anticuerpo era destruido posteriormente por el ácido del estómago. El efecto de este alimento con propiedades medicinales se debe a un anticuerpo que se encuentra en los huevos de las gallinas, llamado IgY-ureasa, y que ayuda al sistema inmune de estos animales a enfrentase a esta bacteria.

Incidencia bacteriana

"H. pylori" infecta a más del 50% de la población, y es la enfermedad bacteriana gastrointestinal más común en el mundo

Según explican los responsables de la investigación, aunque actualmente existen antibióticos para combatir "H.pylori", el objetivo es hacer un tratamiento más accesible, más fácil de tomar y sin efectos secundarios. Basta con añadir un nuevo nutriente a la dieta diaria del paciente. Además, en muchos países en vías de desarrollo donde la bacteria tiene una mayor incidencia, este yogur tendrá un doble efecto ya que ayudará también a combatir la desnutrición y otros problemas de salud por ser una fuente sana de calcio y proteínas.

El yogur antiúlcera ya se comercializa en Japón, Corea y Taiwán, aunque los investigadores que lo han desarrollado confían en que los resultados favorables que están obteniendo puedan introducir próximamente el producto en el mercado de Estados Unidos, país donde esta bacteria afecta a alrededor de 25 millones de personas. Se calcula además que "H. pylori" infecta a más del 50% de la población, siendo la enfermedad bacteriana gastrointestinal más común del mundo. Esta bacteria ha sido identificada como el agente causal de la úlcera péptica (gastroduodenal) y se ha clasificado además como carcinógeno tipo I, aunque en muchos casos las personas portadoras nunca llegan a desarrollar ningún tipo de síntoma.

El sistema inmune de las gallinas

Los anticuerpos del huevo son una interesante alternativa al uso de anticuerpos de mamíferos. Ya a finales del siglo XVIII se demostró que extractos de yema de huevo obtenidos a partir de gallinas hiperinmunizadas contra la toxina tetánica eran capaces de proteger a ratones inoculados con dosis letales de la misma toxina. El sistema inmune de las gallinas, en muchos aspectos similar al de los mamíferos, ofrece una diferencia muy importante en cuanto a la transferencia de inmunidad pasiva a los descendientes. Mientras que en los mamíferos es transferida a través de la placenta o del calostro, las aves lo hacen a través de los componentes fluidos del huevo. Cuando el huevo se encuentra en el ovario, la gallina transfiere sus inmunoglobulinas "Y" (IgY) séricas a la yema. Esta denominación proviene del nombre inglés "yolk" o yema. Durante el desplazamiento del huevo a través del oviducto, otras inmunoglobulinas son transferidas a la albúmina (clara).

Los anticuerpos, además de intervenir en diferentes tratamientos de enfermedades, son también importantes componentes en multitud de investigaciones biomédicas. Normalmente se obtienen de los mamíferos, pero en los últimos años los anticuerpos de pollo (IgY) se usan cada vez más a causa, sobre todo, a la creciente preocupación por el bienestar animal. Puesto que los anticuerpos de pollo simplemente pueden extraerse de la yema del huevo de la gallina, no es necesario desangrar al animal para obtenerlos. Además del bienestar animal, también se tiene en cuenta que la cantidad de anticuerpos producida por una gallina es mucho mayor que la que puede obtenerse de un conejo.

Los huevos forman parte de la alimentación diaria de gran parte de la población y, por lo tanto, también los anticuerpos que naturalmente se encuentran en la yema del huevo. Por esta razón, el concepto de consumir anticuerpos IgY puede ser fácilmente aceptado por el consumidor. Esto representa una gran ventaja en el momento de intentar elaborar nuevos productos preventivos y terapéuticos basados en la tecnología IgY. Se han realizado diversos ensayos en los que se ha administrado IgY para la prevención o tratamiento de distintas infecciones humanas como la caries o la úlcera de estómago.

Aún queda por determinar si las formulaciones terapéuticas y preventivas basadas en IgY son consideradas productos medicinales que deben cumplir con todas las regulaciones pertinentes, o pueden ser consideradas como alimentos funcionales o aditivos alimentarios que pueden ser libremente usados, de manera menos restrictiva y sin la necesidad de registros especiales.

LOS ALIMENTOS FUNCIONALES

La dieta es un factor determinante implicado en la prevención y tratamiento de muchas enfermedades, junto con unos hábitos de vida saludables. Pero un alimento funcional va mas allá de este concepto ya que, además de cumplir con su objetivo básico de nutrir, contiene un componente, nutriente o no nutriente, con efecto selectivo sobre una o varias funciones del organismo, con un efecto añadido por encima de su valor nutricional y cuyos efectos positivos justifican que pueda reivindicarse su carácter funcional o incluso saludable, según la definición de expertos del International Life Sciences Institute (ILSI, en sus siglas inglesas).

Algunos ejemplos de alimentos funcionales son los naturales que contienen ciertos minerales, vitaminas, ácidos grasos, fitoesteroles, fibra o sustancias antioxidantes, y los alimentos modificados y enriquecidos en este tipo de sustancias y los probióticos como el yogur, que tienen bacterias vivas de efectos beneficiosos para la salud, o los prebióticos que contienen ingredientes alimenticios no digeribles, con la propiedad potencial de mejorar la salud al promover el crecimiento selectivo de bacterias intestinales beneficiosas.

Sólo se podrán realizar declaraciones nutricionales y de propiedades saludables en tres categorías y siguiendo como criterio general que sean fácilmente comprensibles por parte de un consumidor medio, según el reglamento (CE) 1924/2006 del Parlamento Europeo y del Consejo, de 20 de diciembre de 2006, relativo a las declaraciones nutricionales y de propiedades saludables en los alimentos aplicado a partir del 1 de julio de 2007 en todos los Estados miembros.

  • Las llamadas "declaraciones nutricionales" o "de contenido", que son aquéllas que afirman, sugieren o dan a entender que un alimento posee propiedades nutricionales benéficas específicas por razón de su aporte energético o por los nutrientes u otras sustancias que contiene o no contiene (por ejemplo, "bajo en calorías, sal o azúcar" o "rico en vitaminas, fibra o proteínas").
  • Las "declaraciones de propiedades saludables", que son las que dan a entender que existe una relación entre una categoría de alimentos, un alimento o uno de sus componentes y la salud. La publicidad está llena de ejemplos de este tipo de declaraciones que se refieren a alimentos que, por contener un determinado ingrediente, son buenos para las defensas del organismo o nos ayudan a reforzar nuestra salud o a reducir el colesterol.
  • Las "declaraciones de reducción del riesgo de enfermedad", que son aquellas que afirman que el consumo de un alimento o de uno de sus constituyentes reduce significativamente un factor de riesgo de aparición de una enfermedad (como, por ejemplo, anuncios o etiquetas de alimentos que afirman que disminuye el riesgo de padecer isquemia coronaria o accidentes cerebrovasculares).

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