Dulces y gaseosas, los más peligrosos
En un encuentro que comienza hoy en la ciudad de Córdoba, los odontopediatras compartirán una preocupación en común: cada vez más chicos llegan a la consulta con el esmalte de los dientes "de leche" dañado por la mala alimentación y debilitados por ciertos hábitos, como la falta de higiene diaria.
"Estamos viendo patologías graves en los chicos de todas las edades por la mala calidad alimentaria. En los más pequeños, el síndrome del biberón, o caries en la infancia temprana, es cada vez más frecuente antes de los 18 meses. De ahí en adelante, desde destrucción dentaria hasta alteraciones de la oclusión y problemas óseos que necesitarán de la ortodoncia", señaló la doctora Magdalena Bolesina, docente de la cátedra de Odontopediatría de la Facultad de Odontología de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC).
Bolesina, que desde hace 30 años atiende a los chicos de los barrios periféricos de la capital cordobesa en el Instituto Odontológico Municipal, coordinará un debate sobre prevención en el III Encuentro Odontológico, que organiza la Fundación Creo. Allí se insistirá en que el cuidado de la salud bucal infantil comienza en la panza materna.
"Es muy importante la alimentación de la mamá durante el embarazo -agregó la experta-. Los nutrientes son claves para la correcta formación de la dentición a partir de la sexta semana de gestación. Son tan sensibles esas células que cualquier problema en el embarazo, como una gripe, marcará el esmalte dental del bebe."
Asimismo, el exceso de comida "chatarra" y azúcares en esos nueve meses alterará la calcificación del tejido dentario del bebe y aumentará su predisposición a desarrollar caries tempranas. Por lo tanto, la buena alimentación, el uso de flúor y una correcta técnica de higiene bucal ayudarán a prevenirlo.
Más adelante, evitar extender la succión del pecho o la mamadera impedirá la debilitación de la dentición, y reducir el consumo de hidratos de carbono y azúcares refinados ayudará a prevenir la erosión del esmalte dental. Una gasa húmeda primero y un cepillo suave o un dedil recién con los primeros dientes garantizará una correcta higiene oral. La pasta con flúor se debe incorporar cuando el bebe aprende a salivar o si tiene manchas o caries.
"La boca de los padres es el reflejo de lo que será la del hijo -dijo el doctor Gustavo Molina, profesor adjunto de la cátedra de Materiales Dentales de la Facultad de Odontología de la UNC-.
Hoy, el gran problema es la comida: somos muy desordenados y estamos mal alimentados con azúcares, bebidas carbonatadas y comida chatarra a toda hora, lo que impide que la saliva restablezca el desequilibrio de acidez que se produce durante la alimentación." Esto permite que las bacterias actúen libremente.
Los hábitos más perjudiciales son el uso de las golosinas como recompensa, dejar que los hijos se vayan a dormir con la mamadera en la boca y la falta de higiene. "La mala alimentación y la mala higiene son una catástrofe para chicos y grandes", concluyó.
Por Fabiola Czubaj De la Redacción de LA NACION
Suplemento ciencia y salud 30 de mayo 2008
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