lunes, 28 de mayo de 2007

Publicado en la ed. impresa: Ciencia/SaludDomingo 27 de mayo de 2007
Nota

¿La información online amenaza la relación médico-paciente?

No debe ser usada en lugar de la consulta



Mientras el número de cibernautas en el mundo se sigue multiplicando -las últimas estimaciones locales cuantifican, sólo en nuestro país, más de diez millones de usuarios-, el debate sobre la legitimidad de la información médica destinada a un público no médico sigue vigente.
¿Qué buscan los usuarios en la Red cuando su salud está en juego?
¿Cómo interpretan lo que leen?
Entre los estudios internacionales que indagan la conducta de los healthseekers o buscadores de información sobre salud, se destaca uno de la Health and the Net Foundation, institución centrada en Estados Unidos que viene estudiando el fenómeno desde hace años.
Su noveno y último informe anual es estrictamente mundial, ya que indagó a 2000 usuarios de todo el planeta, América latina incluida.
De él surge que quienes hacen de la Web una plataforma de información médica pretenden educarse en temas que comprometen su salud, suplementan a través de Internet la información proporcionada por sus médicos o buscan una segunda opinión virtual que confirme o no la opinión profesional.
El estudio también revela una creciente población de pacientes que discute en la consulta la información médica y valora este plus como una posibilidad de mejorar la relación médico-paciente, y esperan del profesional una guía para ordenar las rutas potenciales por un mundo cibernético amenazadoramente gigantesco, que no permite discriminar, mediante estrategias de marketing visualmente seductoras, la paja del trigo.
La pregunta insistente, sin respuesta definitiva, es si el fenómeno del paciente informado amenaza a la consulta médica.
Buscadores imperfectos
"El acto médico implica revisar al paciente detenidamente, escucharlo, integrar los resultados de todo lo anterior con sus conocimientos y experiencia, hasta alcanzar un diagnóstico final que lleve a proponer las conductas o tratamientos adecuados, y a explicar sus consecuencias posibles", opina Hugo Milione, médico clínico y director médico para América latina de Prous Science, empresa internacional que produce información médica y contenidos para pacientes.
Convencido del valor de la información para pacientes como fuente de conocimientos que refuerzan los datos ofrecidos por el médico, Milione se opone terminantemente a quienes suponen que "el doctor Internet" puede suplantar al médico real.
"El día que se descubra un buscador en Internet que responda a todas las características nombradas, el médico o la consulta médica podrían ser reemplazados -dice Milione-; mientras tanto, toda decisión que se tome en relación con cualquier problema de salud que no incluya todo lo anterior es una irresponsabilidad de consecuencias imprevisibles."
Aunque imprevisible, la aplicación autodidacta de la información extraída de Internet no siempre es negativa: ajena a los academicismos médicos, Flor Aguerreberry, de 14 años, fue capaz de convertir un calambre en una pierna durante una clase de natación en el detonante de una virtual metamorfosis.
En apenas unas horas, la computadora pasó de ser fuente de chateo y fotologs a virtual diccionario médico.
Cuando su madre le anunció que tenía hora en el traumatólogo, la adolescente autodidacta fue sintética y gráfica: "No es necesario: con un kiwi por día compenso la falta de potasio". Y así fue: ninguna contracción muscular dolorosa volvió a interrumpir sus clases de natación.
Al parecer, la salud también navega por Internet.
Por Tesy De Biase Para LA NACION

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