Los exámenes tienen efectos emocionales que influyen en la alimentación.
El miedo al examen oral causa trastornos físicos y emotivos Falta de sueño, cambios en el apetito, en el humor, en el ritmo cardíaco, gripes, problemas digestivos y temblores. En algunas universidades estudian cómo enfrentar el problema de muchos de sus alumnos.
El miedo del alumno ante el examen oral ha sido comprobado científicamente. Desde el año 2002, cuando investigadores de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) presentaron los primeros resultados, ya chequearon distintas variables clínicas en más de cien estudiantes.
Resultado: no hay inmunes frente a la experiencia. Además, se registraron secuelas orgánicas en los cuerpos de los sufridos jóvenes quince días después del oral.
El trabajo lo encararon desde la cátedra Fisiología de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la UNL. Escuchaban a los chicos decir que los orales les causaba falta de sueño, modificaciones en el apetito, en el humor, gripes, problemas digestivos, cambios en el período menstrual...
"Nos empezamos a preguntar si esto era frecuente, generalizado y si eso realmente significaba un impacto que no deja huellas", contó la profesora Eva Moreyra, de esa cátedra.
Buscaron voluntarios, sin adicciones y sin dificultades familiares, que rindieran una sola materia por turno. Les tomaron muestras de sangre quince días antes del examen, el día del examen y quince días después. Compararon los resultados y concluyeron que cambian todas las variables clínicas estudiadas: frecuencias cardíaca, respiratoria, presión arterial y valores hematológicos. El investigador en neurociencia Osvaldo Panza Doliani, co-autor del estudio, dice: "Todos los valores se modificaron de manera abrupta y no volvieron a la normalidad.
¿Qué sucede cuando, por desatinos administrativos, al día siguiente tiene que rendir otra materia? El daño es acumulativo". Panza Doliani, docente en la Universidad de El Salvador y en la Universidad Abierta Interamericana, advierte sobre el cambio más importante que opera en los estudiantes.
Es un cambio en la llamada hormona del estrés. "El cortisol es una hormona vital, pero en exceso destruye neuronas. Estamos diciendo que se produce una modificación hormonal de riesgo solo por el temor a los exámenes. Si se repiten estas circunstancias de temor, el nivel de cortisona puede inhibir la formación de las células madres".
El estudio, dicen sus autores, es un alerta sobre el tipo de relación que establece la Universidad con los alumnos.
De hecho, el tema está sonando tanto que en instituciones como la Universidad Nacional de la Matanza y en la Sociedad Argentina de Terapia Familiar están dando cursos para enfrentar el problema
El psicólogo y terapeuta familiar Rubén Vadagnel, que da uno de esos talleres, entiende que "no son problemas patológicos, sino que son inducidos por un sistema pedagógico amenazante o confuso, el cual puede generar retracciones y fracasos". Pregunta: "¿Es una forma de evaluar si sabe sobre un tema o es una forma de selección?".
El alumno universitario afronta una fractura en los códigos de evaluación con respecto al secundario, bastante distinto al temido "pase al frente" de la adolescencia. El examen oral pone en juego otras habilidades del lenguaje. "
Algunos lo toman como ventaja, porque con la oralidad podría pensarse que se puede volver a decir algo ampliado o corregido, pero a la vez es como someterse a un juicio, donde el tiempo cuenta mucho. No tenés dos horas para contestar un oral", apunta Marta Kisilevsky, coordinadora de Investigaciones de la secretaría de Políticas Universitarias del Ministerio de Educación. ¿Qué consecuencias tienen estos miedos? "Muchos se retiran del combate siendo intelectualmente capaces.
En la renuncia a la situación de confrontación que supone el examen hay una derrota emocional. En los alumnos se produce el síntoma de todo un sistema", dice Vadagnel. En el fondo lo que se discute es la pertinencia del examen oral.
Pablo Daniel Vain, mágister en Educación, y profesor de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Misiones, escribió y reflexionó sobre esto. Dice a Clarín: "¿Por qué si el examen es tan estresante, si los alumnos fracasan reiteradamente no porque no sepan sino por la alta tensión que genera enfrentar a un profesor; por qué si muchos estamos disconformes con esa forma de evaluación, sigue siendo la dominante?".
Y contesta que el examen resalta de un modo dramático, teatral, las relaciones de poder en el aula. "Lo que resalta es: 'Yo tengo el poder, vos no', y yo puedo regular con este instrumento toda nuestra relación" Escribió Vain: "Resulta necesario desnaturalizar estas prácticas, ponerlas en el banquillo de los acusados y, si se quiere, examinarlas. El examen deberá rendir examen."
Gabriel Giubellino. VIDA COTIDIANA UNA INVESTIGACION EN ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS.- 15.08.2005 Clarín.com Sociedad
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