lunes, 9 de abril de 2007

Lunes 9 de abril de 2007

Nota La Nacion Suplemento Ciencia/Salud

El INTI desarrolló una pintura con propiedades bactericidas

Podrá transferirse a la industria hacia mitad de año

Utilizaron un látex común al que le alteraron ingredientes; es efectiva en un 99,5%


Como modernos alquimistas, Carlos Alberto Moina -doctor en química y veterano del Instituto de Tecnología Industrial (INTI), donde trabaja desde hace 28 años- y su grupo de investigación del Centro de Procesos Superficiales acaban de metamorfosear un látex común en un recubrimiento capaz de aniquilar bacterias.

La pintura, que en las pruebas preliminares mostró una efectividad del 99,5% contra las gram positivas y negativas, combina alrededor de 30 componentes, entre los que se incluyen agentes bactericidas y pigmentos modificados con metales monovalentes. Todo, dispuesto en una formulación que resulta inocua para el ser humano, pero letal para las colonias de estos microorganismos, por lo que podría ser útil para hospitales, salas de terapia intermedia o ámbitos en los que la asepsia es primordial.

"La idea de este desarrollo fue tomar una pintura normal y modificar una pequeña parte del proceso -de modo que fuera fácil de transferir a la industria local- para que tuviera propiedades bactericidas", explica el especialista.

Sucede que, lejos de sus humildes orígenes prehistóricos, cuando nuestros ancestros mezclaban un pigmento con un aglutinante para pintar las cuevas con escenas rupestres, en tren de mejorar y diversificar sus características, los actuales tecnólogos están dotando a los recubrimientos con características impensables en otros tiempos, que se suman a la lista de propiedades que técnicamente se exigían de una pintura, como el flujo, la nivelación, el secado, la impermeabilidad, la adhesión, la flexibilidad, la resistencia o la durabilidad.

Originalmente creado para abocarse al desarrollo de pinturas industriales y de obra, y luego al control de la producción de pequeñas y medianas empresas, el Centro, dirigido por la ingeniera Alicia Niño Gómez, se preocupó por lograr un producto efectivo que mantuviera al mismo tiempo un costo razonable.

En el mercado hay distintos tipos de pinturas. Por un lado, las de hogar y obra, que se venden masivamente, y, por otro, las industriales, que tienen características especiales (como secar bajo el agua o ser ignífugas). "Pero hay mucho campo para seguir innovando", dice Moina.

Hasta hoy existían distintos preparados que cumplían parcialmente con la función de establecer una barrera para el desarrollo de colonias de bacterias, pero con alto costo o poca durabilidad.

De interés social

"Algunas pinturas son microencapsuladas; tienen mucho material, lo que las hace más caras. Otras tienen compuestos que se degradan con el tiempo y producen un efecto de acostumbramiento -explica el especialista-. Nosotros modificamos pigmentos mediante una técnica que desarrollamos en el INTI."

Los investigadores trabajaron con sustancias que atacan los aminoácidos que les permiten crecer a las bacterias y luego agregaron estas partículas a un látex de formulación estándar. El resultado es una pintura "de amplio espectro".

"Utilizamos un proceso electroquímico, electrodeposición sin pasaje de corriente, que pusimos a punto en el laboratorio -cuenta el especialista-. Y empleamos materiales habituales en medicina; por ejemplo, en apósitos para quemaduras graves." Según Moina, el compuesto también se podría aplicar a pinturas en polvo.

Para asegurarse de los efectos de la formulación, los investigadores duplicaron los estudios biológicos de control, que se realizaron tanto en la cátedra de Microbiología de la Facultad de Farmacia y Bioquímica -a cargo del doctor Marcelo Gutkind-, como en el propio INTI.

Todavía no es posible establecer un precio definitivo para este desarrollo porque faltan algunos estudios, pero los científicos confían en que será competitivo. "Estamos variando el porcentaje de material activo para ver cuál es el mínimo que ofrece la actividad bactericida razonable, que supera el 99% -dice Moina-. Pero a priori pensamos que el costo podría duplicar el de una pintura común. La idea es que, tratándose de productos de interés social, lleguen al público al menor precio posible."

En estos momentos, se está tramitando la patente y finalizando los estudios bacteriológicos. Luego vendrá el proceso de optimización y se espera que para mediados de año ya se pueda transferir a la industria privada. En ese caso, la compañía que adquiera la licencia del patentamiento podrá comenzar a pagarla cuando empiece a obtener beneficios. Quienes deseen más información sobre este desarrollo pueden solicitarla telefónicamente al 4724-62000, interno 6339.

Por Nora Bär
De la Redacción de LA NACION


Estrategia alternativa

  • Hasta ahora, existían diversas estrategias para conferir propiedades bactericidas a una pintura. En el Centro de Procesos Superficiales del INTI, la licenciada Mónica Pinto y la señora Alejandra Vorobey fueron las formuladoras que tuvieron a su cargo el desarrollo experimental. El grupo eludió los caminos trillados para optar por un método alternativo. Consistió en modificar superficialmente los componentes inorgánicos utilizados en la industria (cargas y pigmentos) para impartirles propiedades antimicrobianas. "Inicialmente, pensamos que convenía trabajar con nanopartículas, pero después vimos que no se ganaba mucho. En este caso, utilizamos partículas submicrométricas."

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